viernes, 17 de octubre de 2025

Arribe, no Aribe

Vecinos de Zubieta (Navarra) organizaron el pasado sábado por primera vez una carrera de montaña. La prueba comenzó con retraso porque la ambulancia que había contratado la organización para  acudir a esta localidad de la comarca de Malerreka se desplazó... al barrio de Zubieta, en Donostia. Muy cerca de la Zubieta navarra, en Gaztelu, hace unos años, en las fiestas patronales encargaron la comida popular a un catering. El día de autos, llegaba la hora de jamar pero no había rastro de los manjares, más que nada porque la empresa había ido a Gaztelu, en la comarca de Tolosaldea. Un amigo suele contar que hace años, cuando entrenaba a un equipo de baloncesto, fueron a jugar a Mungia y se presentaron tres equipos: el local, el suyo y un tercero, hasta que se dio cuenta de que su partido no era en Mungia (Bizkaia ) sino en Murgia (Araba). Pero la palma de las confusiones se dio en esta redacción el día que encargamos a un fotógrafo que hiciera un tema (así se dice en el argot) en Arribe, en el valle de Araitz, a un paso de Tolosa. Al enviar la previsión  desapareció una r de la palabra Arribe, por lo que nuestro compañero fue a hacer la foto a Aribe, en el Pirineo navarro, a 100 kilómetros y a una hora y media en coche del destino original. 

sábado, 11 de octubre de 2025

Obras son amores

La Junta Constructora de la Sagrada Familia estimó recientemente que las obras de la basílica podrían concluir en 2036, 150 años después de que se iniciaran. Nuestra Sagrada Familia son las obras del TAV, que arrancaron en 2006 y avanzan piano piano. Hace unos días se anunció que se ha adjudicado el contrato para tender la catenaria pero el retraso es de tal calibre que ya no se convoca ni una triste visita de periodistas, cámaras y demás a las obras, tan del gusto de algunos gestores de la cosa pública. Como hacen en Barcelona con la magna obra de Antoni Gaudí, pronostico que el tren de alta velocidad estará acabado en la CAV en diez años, mes arriba, mes abajo. Si al final no llega a buen puerto, el trazado del TAV, como suele sugerir el escritor Ander Izagirre, podría pasar a ser en un magnífico bidegorri que vertebre la CAV, que no el país, porque dentro de diez años seguiremos discutiendo si es mejor la conexión por Ezkio o por Gasteiz. El TAV avanza a ritmo de caracol, pero no todos los proyectos se eternizan. En menos de una semana se van a inaugurar en Donostia el edificio que acogerá el superordenador de IBM, y el GOe, el nuevo centro tecnológico de gastronomía del Basque Culinary Center. Los dos se han levantado en un santiamén. 

sábado, 4 de octubre de 2025

Ehunmilak

Miguel Arburua, Burus, un corredor de montaña que ha participado en decenas de carreras, definió el miércoles en una certera frase cómo era la Ehunmilak, la ultratrail que dejará de celebrarse después de que sus organizadores hayan anunciado el adiós de la prueba. “En cada avituallamiento parecía que tenías a tu madre”, escribió. La carrera de Beasain se ha destacado desde su primera edición de 2010 por mimar al detalle a los participantes. Implicaba a cientos de voluntarios (unos 1.500), ofrecía buenos avituallamientos, un recorrido perfectamente señalizado, unos servicios médicos y sanitarios de altísimo nivel y se había ganado el favor de la comarca de Goierri, que hace tiempo que hizo suya la carrera. Cada año los dorsales se agotaban, la mejor señal del trabajo bien hecho. Frente a este modelo amateur, en el que organizadores y voluntarios sacan tiempo de donde no tienen, en los últimos años han proliferado las carreras gestionadas por empresas privadas que, regadas con dinero público, han convertido una afición tan básica como correr en un negocio. Un negocio tan lícito como cualquier otro, pero un negocio al fin y al cabo. ¿Y saben de qué carecen estas carreras? De voluntarios, el verdadero tesoro de cualquier competición popular. De voluntarios, y de madres que te traten como a una hija en un avituallamiento. 

viernes, 26 de septiembre de 2025

Bocazas

En uno de los capítulos de The Pitt, mejor serie dramática en los recientes Premios Emmy, un joven ingresa en estado muy grave en Urgencias. A su lado están sus padres. El médico les explica las lesiones que sufre y cómo van a tratarlas, y a cada afirmación la mujer responde consultando en su móvil qué se dice sobre cada tratamiento. Cuando el doctor habla de realizar una punción lumbar (si hay alguna médico en la sala, que me corrija porque el argot que gastan no es para profanos en la materia) la madre clama al cielo y agota la paciencia del galeno, harto de que le ponga mil pegas. La escena es una buena muestra de los tiempos en los que vivimos, en los que hay gentes que dan más credibilidad a los que les diga San Google que a su médico de cabecera. Y luego están los bocazas, con Donald Trump al frente de todos ellos. Cuando más grande es el altavoz del que disponen, más grande es también la ocurrencia. Cual vendedor de crecepelo del Oeste, el otro día este negacionista de manual vinculó el consumo de paracetamol durante el embarazo con el desarrollo del trastorno del espectro autista. No hay una sola evidencia científica que demuestre semejante relación, pero qué más da. A Trump y compañía, que viven de los bulos y las fakes news, las verdades del barquero les sobran.

viernes, 19 de septiembre de 2025

Banalizar Sarajevo

Hace tres años, durante la celebración de un título del Real Madrid en la Cibeles se produjeron 51 heridos y hubo cuatro detenidos. Fue una historia repetida porque no hay festejo sin altercados, ya sea en la capital del Reino o en la Fuente de Canaletas de Barcelona. No recuerdo que Isabel Díaz Ayuso hiciera entonces una comparación tan vomitiva como la que expresó este pasado lunes tras los incidentes que provocaron la cancelación del final de la Vuelta. “Muchos turistas tuvieron que salir corriendo por las calles de Madrid, dando una imagen de un Sarajevo en guerra”, dijo con su habitual tono frívolo. De una dirigente de este pelaje se espera cualquier exabrupto, pero comparar lo que sucedió el domingo en Madrid con el asedio que sufrió Sarajevo es banalizar la violencia hasta límites nauseabundos. Durante cuatro años, la ciudad bosnia padeció un hostigamiento brutal por parte del ejército serbio. Murieron 12.000 personas, hubo 50.000 heridos y todavía recordamos con horror las imágenes de francotiradores serbios matando a civiles que cruzaban la calle. Decía el lunes en este periódico Pablo Oñate, catedrático de Ciencia Política de la Universitat de València, que la comunicación política se ha convertido en un espectáculo. Deplorable espectáculo, habría que añadir.

viernes, 12 de septiembre de 2025

Dopaje

Yeray Álvarez, central del Athletic, confesó el miércoles que su positivo por dopaje se debe a un “error humano”. A raíz del tumor testicular que sufrió en 2016, comenzó a tomar una pastilla contra la alopecia. El caso es que su pareja inició el mismo tratamiento en diciembre pasado. En mayo, el día de autos, Yeray fue a tomar su pastilla, pero al comprobar que se le habían acabado de los dos botes que solían tener, ingirió la de su mujer que, casualidad, contenía una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). La UEFA le ha impuesto un castigo de diez meses al considerar que es una “infracción no intencionada”. No hay motivos para no creer la versión de Yeray, aunque lo cierto es que abundan los casos de deportistas que han ofrecido explicaciones de lo más variopintas para explicar sus positivos. LaShawn Merritt, campeón olímpico en los 400 en Pekín, aseguró que había seguido un tratamiento para alargar su pene, lo que se confirmó y le valió para reducir la sanción a tres meses. Daniel Plaza, campeón de los 20 kilómetros marcha en Barcelona ’92, dio positivo por nandrolona, y argumentó que se debía a que le había practicado sexo oral a su pareja embarazada (fue absuelto por un defecto de forma). Pero la madre de todas las excusas la expuso a patinadora rusa Kamila Valieva, que achacó su positivo por trimetazidina a que había bebido del vaso de su abuelo, que contenía restos de su medicina para el corazón.

viernes, 5 de septiembre de 2025

Neutralidad política

En marzo de 2022, con los tanques de Putin entrando en Ucrania, la Unión Ciclista Internacional (UCI) prohibió competir a los seis equipos profesionales rusos y suprimió todas las pruebas previstas en el país. A los mandamases del ciclismo les faltó tiempo para “condenar enérgicamente la agresión” (así rezaba su comunicado) de Rusia a Ucrania. El Gazprom–RusVelo, un equipo que solo conocían los muy cafeteros del ciclismo, perdió su licencia UCI y al poco tiempo desapareció. Que la UCI, como si fuera el Gobierno de Suiza, apele ahora a la “neutralidad política” para lavarse las manos y no expulsar al Israel Premier-tech, es tan hipócrita como las actitudes que muestran todos los organismos deportivos mundiales desde que el Gobierno de Netanyahu decidió arrasar Gaza. El año pasado, cuando los muertos en la Franja ya se contaban por miles, ningún gobernante con mando en plaza abrió la boca para impedir la presencia de deportistas israelíes en los JJOO de París. Estos días Israel está disputando el Eurobasket, del mismo modo que el Maccabi de Tel Aviv es un fijo en la Euroliga y el CSKA de Moscú fue excluido hace tres años. Se aplica una doble vara de medir. Y pagan justos (los deportistas) por criminales (Netanyahu o Putin).