Uno se cree que es el rey del zapeo y resulta que no conoce ni su mando de la televisión. Bendita ignorancia la mía. Hace una semana escribí en este mismo espacio que los dibujos animados de ETB se ven en algunas zonas en versión original. Desconocía entonces que el dichoso mando, o algunos de ellos, tiene una opción que te permite ver determinados programas (pongamos unos dibujos animados de Heidi) en alemán o en euskera. Son programas en dual, que dicen los entendidos. Asunto resuelto. Pero me queda la duda. ¿Si el mando de la tele guarda semejante secreto, qué no esconderán el móvil, el DVD, el horno, el ordenador, el i-pod y el pen drive? Porque uno es de los que, cuando se pone a escrutar un aparato tecnológico, lo primero que necesita es un libro de instrucciones para entender el libro de instrucciones. No hay Dios que entienda las supuestas explicaciones. En el caso del ordenador, siempre tienes a mano a tu informático de cabecera, Fernando, con una paciencia infinita para resolver problemas tan enigmáticos como conocer qué día la Real ganará un partido. Y hablando de enigmas. ¿Adónde va a parar los correos electrónicos que eliminamos de la bandeja de entrada? ¿Al limbo? ¿Al cielo? ¿Al infierno? Yo tengo mi propia teoría. Los emilios que eliminamos vuelven al cabo del tiempo transformados en los que se llama correo basura. Es el efecto bumerán. Tú los eliminas y al rato te llegan con unas grafías chinas o en inglés, prometiéndote no sé cuántos premios en metálico para que compres aparatos tecnológicos que luego no vas a comprender.
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