sábado, 27 de noviembre de 2021

Hablar suajili en Navarra

El Gobierno de Navarra tiene en marcha un concurso-oposición de 424 plazas para enfermería. Desde 1986 (ya ha llovido), la comunidad foral, vía ley, en materia lingüística está troceada en tres partes: zona vascófona, zona mixta y zona no vascófona. Adivinen qué idiomas puntúan en la OPE mencionada y en otras muchas convocatorias públicas en las zonas mixta y no vascófona. Bingo. El francés, el alemán y el inglés. Si eres enfermera y dominas el euskera, obtienes la misma puntuación que si hablas suajili. Cero puntos. Si dominas el francés, el inglés o el alemán, te llevas unos puntitos. Estos tres idiomas están considerados como mérito. Porque, como sabrán, todos los días decenas de franceses, alemanes e ingleses se agolpan en los centros de salud de las zonas mixta y no vascófona para pedir cita con su médico de cabecera. Esta y no otra es la realidad. Que no nos vengan con melonadas. Con que Doraemon y Nobita van a adoctrinar, con reseteos de cerebros y sandeces varias. Los de siempre se dedican y se han dedicado siempre a poner zancadillas a la promoción del euskera. Hay decenas de ejemplos. Y ya de paso, que alguien le diga a Díaz Ayuso que en Navarra no hay televisión pública.

viernes, 19 de noviembre de 2021

Ainara Berrueta

De la pandemia también hemos salido mejores. Hemos puesto el foco en aquello que nos ha hecho peores, pero tampoco está de más fijarse en aprendizajes que nos han enriquecido. Hay experiencias que, como se suele decir, nos reconcilian con el ser humano. No todo ha sido y es incivismo, egoísmo, negacionismo y todos los ismos que quieran. Hay ejemplos que sitúan a la empatía en primer plano. Para muestra, un botón. Ainara Berrueta Perugorria es una niña de diez años de Etxalar. Desde que nació lleva un implante coclear, un pequeño dispositivo que a las personas sordas o con dificultades de audición les ayuda a escuchar. La pandemia y, sobre todo, el uso de las mascarillas no han hecho sino complicar aún más su manera de comunicarse con familiares, amigos y vecinos. Los gestos con la cara y la vocalización contribuyen a facilitar esa comunicación y el tapabocas es una barrera. Así que la asociación de padres y madres de la escuela Landagain tuvo la feliz idea de organizar un curso para enseñar el lenguaje de signos. Más de medio centenar de vecinos de Etxalar aprenden cada semana las claves para comunicarse mejor con Ainara en una iniciativa de esas de quitarse la txapela.

viernes, 12 de noviembre de 2021

Unos chavales

Cuando empecé en este oficio, los teletipos salían escupidos e impresos por una máquina en una esquina de la redacción. Uno tras otro. Sin parar. Con el ruido de fondo que se escucha cuando se está imprimiendo un documento. De eso hace 28 años. Teletipos, correos electrónicos, ruedas de prensa (bastantes menos que el aluvión actual) y la calle, siempre la calle, eran las fuentes de las que bebían los medios de comunicación. La mayoría carecía de webs. Un suponer. Ibas a cubrir un entrenamiento de la Real, y el jugador de turno te atendía de pie junto a su coche, en pleno aparcamiento de Zubieta. Hoy es impensable. Todo está pautado y controlado. No hay lugar para la improvisación. Si le añades que las fuentes de información se han multiplicado por mil, te encuentras con una sobreabundancia de información, mires donde mires. Hoy hay que estar atento al teletipo, el correo, Twitter, Facebook, Telegram, Instagram, WhatsApp, 250.000 webs, Irekia, la radio, la televisión, llamadas de teléfono, cartas postales (alguna sigue llegando) y la calle, siempre la calle. Apabullante. Por el camino murió el fax. Nadie dijo que fuera sencillo. Por cierto, el próximo miércoles 24 de noviembre cumplimos 16 años en los quioscos (físicos y digitales), unos chavales.

viernes, 5 de noviembre de 2021

Hornillos

Los ferreteros de Madrid les quitan los hornillos de las manos. Primero fue el papel higiénico, luego las mascarillas y ahora los hornillos. Que se sepa, los problemas de abastecimiento se limitan al paraíso de la libertad, ergo Madrid. Uno siempre (mal) piensa que detrás de la escasez de un producto hay alguien que aprovecha para hacer caja. En este caso, la carrera desenfrenada por comprar hornillos, dicen, está motivada por unas declaraciones de la ministra de Defensa de Austria, que recientemente declaró que estamos ante un inminente blackout eléctrico, osease, un apagón de aquí te espero. El Gobierno austriaco no se toma a broma la cuestión. Ha desplegado una campaña publicitaria, con el lema Qué hacer cuando todo se para, en la que explica qué es imprescindible tener en casa ante una contingencia de este tipo: los dichosos hornillos, velas, baterías, agua y conservas. Una cocina de leña tampoco estaría mal, añado yo. Entre el augurio del Ejecutivo de Viena y un especial sobre el tema de Iker Jiménez se ha montado la tormenta perfecta. Así que aprovecho este privilegiado espacio para recordarles a Xabi y Pingus que hace dos años nos prometieron que harían una paella para toda la familia. Yo pongo el hornillo y el butano.