miércoles, 26 de diciembre de 2007

On egin

Aesta hora en la que escribo estas líneas, usted se acaba de zampar el trocito de mazapán que le correspondía a su cuñada, está echando la siesta después de atiborrarse de cordero o conejo (con perdón), tiene treintayunas y va de mano (se le nota en la sonrisilla), acaba de empezar a ver La casa de la pradera y no sabe que la peli dura cuatro horas y media (sin contar los cortes de publicidad), está jugando con el Pressing Catch de su hijo, trata de descifrar cómo narices funciona el mp4 que le acaba de dejar Olentzero o, de puro aburrimiento, lee las noticias del sábado. O sea, amigo, usted está librando mientras aquí un servidor y unos amigos juntamos letras y páginas para que hoy lea todo lo que ha pasado en las últimas 48 horas mientras se toma un cafelito. Y digo bien librar porque esta esclava profesión (con perdón de los esclavos) nos obliga a currar 362 de los 365 días del año. Y hay días como el de Navidad que cuesta lo suyo arrancar. Sobre todo en estos últimos tiempos en los que los periodistas comprobamos con envidia cochina que cada vez son más las empresas que ofrecen a sus empleados la posibilidad de tener más tiempo libre. Porque (y aquí quería yo llegar), ¿trabaja alguien los viernes por la tarde? A veces da la impresión de que sólo lo hacemos una cuadrilla de pringaos. Puestos a sugerir ideas, propongo que los jefes de los periódicos se pongan de acuerdo y recuperemos la Hoja del lunes. Así libraríamos todos los domingos. Hacemos una portada común y el resto, deporte. Mola, ¿no?

lunes, 24 de diciembre de 2007

Bandas sonoras

Felipe, el cuñao, del que ya he hablado en este rincón en otras ocasiones, es un apasionado de las bandas sonoras. Película que ve, banda sonora que compra. Ya no va al cine tantas veces como quisiera (en realidad ya no va porque hay un momento en tu vida, cuando llegan los hijos y tal, en el que ir a ver una peli es imposible), pero cuando lo hace siempre te habla de las canciones. No soy ni cinéfilo ni experto en bandas sonoras, aunque recordaré de por vida el tema central de Cinema Paradiso (una obra maestra, que dirían los entendidos), de Ennio Morricone. El caso es que me suele parecer que algunas películas tiene una canción principal que engancha y el resto son versiones del mismo tema. Como las películas, la vida también está llena de bandas sonoras. A veces escuchamos una canción y nos trae a la mente un recuerdo. Viajamos en el tiempo y recordamos ese viaje, esa cita o esa juerga que hicimos mientras escuchábamos tal canción. Todos tenemos nuestra banda sonora, nuestra canción fetiche. En estos días en que nos volvemos tan tiernos, no estaría mal buscar una banda sonora para este país, tan laberíntico y complicado. Si la música amansa a las fieras, qué mejor que subir el volumen y acallar tanta injusticia y tanto dolor sin sentido. Servidor, que tiene varias bandas sonoras para recordar en su vida, propone el tema Baldorba, cantado por el gran Benito y escrito por Juan Antonio Urbeltz. Ustedes propongan el suyo.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Periodistas radiofónicos

Seguro que les ha ocurrido alguna vez. Durante años han escuchado en la radio a un periodista, un tertuliano o un colaborador, y un día, zas, de repente, lo ven de carne y hueso en la televisión. Resulta que el personaje que existía en su imaginario tiene cara y ojos. Y claro, cuando uno pone rostro a una voz, llegan las sorpresas. Porque tú habías dibujado al periodista de turno de una forma, y no tiene nada que ver con lo que ves. Si pensabas que tenía el pelo corto, lo tiene largo, y si creías que era delgado, pues es más bien gordito. Ese misterio que esconde la radio ya no es lo que era. Aunque las redacciones de las emisoras (y las de los periódicos) están plagadas de periodistas que dan la cara y jamás salen en la tele, hoy conocemos a casi todos los presentadores de radio, ya sean lejanos o cercanos. En el mundo de la imagen hay que mostrar el careto. Te tienen que conocer, vamos. Y tienes que poner tu careto, aunque sea contra tu voluntad. Lejos quedan los tiempos en los que escuchabas a Javier Sardá en las madrugadas de Radio Nacional y no tenías ni idea de cómo era el personaje. Lo mismo sucedía con Dani Arizala, que no aparecía ni en los reportajes de ETB sobre Euskadi Irratia, hasta que lo descubrimos en Beste gu. Ya nada es igual, aunque quedan excepciones. El próximo sábado publicaremos en las páginas de Comunicación una entrevista con un locutor que se jubila el día 25 después de 40 años de trabajo en una misma emisora. Muchos de ustedes seguro que reconocen su voz, pero no todos le saludarían por la calle por quizás no le conocen. El sábado da la cara.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

De bancarios y objetivos

Hubo un tiempo en el que todo pichichi quería ser bancario o funcionario. Ya sabes. Entras a las ocho de la mañana a trabajar, sales a las tres, y tienes toda la larga tarde para dedicarte en casa a emular al barbas de Bricomanía. [En otra ocasión hablaremos del tipo de Bricomanía, que el otro día se fabricó una sauna como quien monta un mueble de Ikea]. No tengo amigos funcionarios, así que no sé si su vida es tan plácida como nos la suelen pintar. Supongo que, como todo, su trabajo tiene sus ventajas e inconvenientes. Sí tengo algún que otro amigo que trabaja en una entidad financiera, que es una forma muy neutra de referirse a un banco o a una caja de ahorros. Joxema, que así se llama, y al que aprovecho para felicitarle su próximo cumpleaños porque siempre se me olvida, no se pega la vida padre. Trabajar en una caja de ahorros, ser bancario (que no banquero), se ha convertido en un oficio estresante. Se acabó aquello de entrar a las ocho y salir a las tres. Se sigue entrando a las ocho, pero no se sabe a qué hora se va uno a casa. La competencia es brutal. Como en otras tantas empresas, los objetivos a cumplir no es que sean mensuales o semanales, son diarios. Sucede también ya en los comercios. Hace unos días, en un reportaje de una televisión francesa sobre tiendas de delicatessen en París, ofrecían la reunión que a diario realiza el encargado de uno de los comercios con los empleados antes de iniciar la jornada de trabajo. El tipo les dejaba muy clarito que al final del día tenía que hacer una caja de 36.000 euros. Era el objetivo del día. Yo diría que es la presión del día.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Forrest Gump a la navarra

Cuando lean estas líneas Ricardo Abad llevará siete, ocho, diez o quince horas corriendo a pie. El chaval se ha propuesto cubrir de un tirón los 177 kilómetros que separan el puente de Endarlaza, en la muga entre Gipuzkoa y Navarra, y Cintruénigo, ya casi en Soria. Ha salido la pasada medianoche y pretende llegar a donde los Chivite a media tarde, antes de que anochezca, a un ritmo de seis minutos el kilómetro. Hoy es San Patxi, patrón de esa pedazo de tierra de diversidades, y a este buen hombre le ha dado por celebrar el 3 de diciembre con una de esas gestas que te cansan sólo de contarlas. Aunque parezca lo contrario, Abad no es del centro de Bilbao, es de Tafalla, que casi da lo mismo, porque a cabezón no le gana nadie. Cuando se plantea una empresa no hay dios que le frene. Hace unos años le dio por tratar de llegar en bici desde Málaga a Donosti en 48 horas en pleno verano. Le esperamos en el Bule, pero se quedó en el camino, achicharrado por el sol. Y no hace mucho intentó completar corriendo los 759 kilómetros del Camino de Santiago en seis horas y seis días. A mitad de ruta tuvo que parar por una lesión. Lo de ir por la N-121 tiene su mérito. Y no lo digo porque haya que subir Belate, sino por el tropel de camiones que circulan por esta carretera. Nuestro Forrest Gump a la navarra (dicho sea con toda la simpatía del mundo) se prepara para una prueba de 24 horas que se celebrará en Barcelona. Si ya son insólitas este tipo de pruebas, qué decir de Dan Karnazes, un tipo que ha corrido 50 maratones durante 50 días seguidos en cada uno de los estados de ídem Unidos. Ya lo dijo aquel: "Hay gente pa tó".

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Árbitros e insultos

Miguel Ángel Lotina se quejó amargamente el domingo pasado en la sala de prensa de San Mamés de los insultos personales que había recibido de unos aficionados que habían seguido el Athletic-Deportivo detrás de su banquillo. "Es el campo en el que más insultos escucho", dijo. Vízcaíno de pro, le dolía en el alma que en su propia casa cuatro cafres mentaran a su padre y a su madre. Desgraciadamente, los improperios que escuchó Lotina son el pan nuestro de cada día en el fútbol, el baloncesto, el balonmano y decenas de disciplinas deportivas. Da igual que sea la Liga o un partido de quinta regional. Y las descalificaciones (que es una forma fina de denominar a los insultos) no se dirigen precisamente a los protagonistas principales (los jugadores), que también, sino a los secundarios, a los árbitros. La ración de ofensas que reciben los réferis cada fin de semana llenarían las 80 páginas del periódico de hoy. Servidor acudió el domingo a un partido de balonmano aficionado y se quedó pasmado con la colección de vituperios que le llovió a la pareja de árbitros... Y eso que el encuentro no tenía color porque el equipo visitante arrasó al local. Personas modélicas en su quehacer diario son capaces de mostrar lo peor de sí mismos en un polideportivo o un campo de fútbol. Llega uno a la conclusión de que en las competiciones deportivas, como en las discusiones de tráfico, sacamos a relucir nuestro lado oscuro. Dicen que en algunas disciplinas hay crisis de árbitros, que no hay personal para tanto partido. A veces lo milagroso es que alguien se apunte a los cursos.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Esquelas

Hay lectores de periódicos que todos los días leen las páginas de esquelas, aunque ni la víspera ni los días precedentes hayan fallecido parientes, allegados, amigos o conocidos. Un hábito como otro cualquiera, que para eso somos animales de costumbres. Conozco incluso una mujer que lee a diario el periódico y sigue siempre el mismo ritual: primero lee su signo del horóscopo, luego las páginas de esquelas y, por último, la información de su pueblo. El resto de las secciones se la refanfinfla. Vamos, que tírate tres meses investigando un tema de Economía, por ejemplo, para que luego los lectores pasen las páginas de la sección como quien ve llover. El que suscribe es lector muy esporádico de esquelas. O sea, sólo miro estas páginas si me llama algún pariente para comentarme que se ha muerto fulanito y su esquela sale en el periódico. No acostumbro, salvo que la esquela se salga de la norma por su originalidad. Ayer, éste y otros periódicos publicamos una esquela inusual en recuerdo del pintor donostiarra Josemari Ortiz. Para quienes no la leyeron, se la reproduzco: "Murió ayer en Donostia, a los 70 años, sin haber recibido ni sacramentos ni bendiciones apostólicas. Su pareja, Benedicta Bidasoro Atorrasagasti; su ex mujer, Cristina Ceberio Corostola; su hijo, José Mari; sus hijas, Cristina y Natalia; sus hermanos, Antonio, Javier y Manuel; sus muchas cuñadas y cuñados, sobrinas y sobrinos, nietas y nietos, amigas y amigos, confían en que se recuerde lo mucho bueno que hizo por todas y por todos. Sus cenizas serán dejadas al viento mañana miércoles en una montaña de Euskal Herria".

lunes, 19 de noviembre de 2007

El mundo es chino

Pongamos que un grupo de inversores canadienses, capitaneados por un empresario guipuzcoano, pretende hacerse con el 35% del capital social de la Real. No problem, friend. ¿Canadienses, me dices? Pongamos que el grupo de inversores es francés o alemán. Tampoco hay problema. Qué serios y trabajadores estos galos, estos germanos. Pongamos que el grupo es chino. ¿Chinos? Nos suena a chino. Por razones que se me escapan, los chinos arrastran una mala imagen que supongo es inmerecida. Asociamos chino con economía sumergida, horarios comerciales non stop y leyendas urbanas sin fundamento. También, lógicamente, chino casa con restaurante, con muralla, con Tiananmen y con pena de muerte. Pero sería del todo reduccionista resumir las características del país más poblado del mundo (más de 1.300 millones de habitantes) en cuatro trazos. A uno le da la impresión de que, abandonada la hoz y el martillo, la República Popular se va a comer el planeta a bocados. Que va ser una referencia en todos los ámbitos de aquí a nada, aunque hoy sea una desconocida para el común de los mortales. Y si no, ahí van tres preguntas sencillas y una cuarta de nota: ¿Cómo se llama la canciller alemana? ¿Y el primer ministro británico? ¿Y el presidente de Francia? ¿Y el presidente de China? Las tres primeras nos las sabemos de carrerilla y la cuarta nos vuelve a sonar a chino. En resumen, que no digo yo que la Real tenga que pasar por el aro olímpico chino, pero la verdad es que el dinero es el mismo, ya sea en dólares canadienses o en yuanes.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

'Cansos'

Cuentan que en Sevilla hay gente capaz de hablar durante todo el año de la Semana Santa. De la celebración religiosa, se entiende. No hay día que no comenten el porte del Santísimo Cristo del Perdón del Convento del Socorro o lo emotiva que fue la madrugá, aunque ya hayan pasado seis meses desde que se celebró el Jueves Santo. La amiga Carolina dice que les llaman los capillitas. En Navarra, el que da la tabarra es un canso. Un brasas, vamos. Todos somos cansos en potencia. Todos tenemos un asunto que explotamos hasta la saciedad, mal que le pesen a los oídos de nuestros contertulios. Ese pedazo de viaje a la Riviera Maya, esa boda de la que hablas durante meses y meses (antes y después), esa cena en El Bulli, esos Sanfermines, ese partido de fútbol, ese concierto del Boss, o de los Rolling, esa ascensión al Aneto (como si fueras el primero que lo has subido), ese disfraz de Carnavales y esa juerga vestido de transexual (en Carnavales hay tíos que no se sabe muy bien si van de chicos o chicas, por eso lo de transexual), ese Camino de Santiago que has hecho después de años de preparación, ese buga que te vas a comprar, ese pescador que atrapa un atún que ni un pesquero en mitad del Atlántico, esa película que has visto siete veces y la cuentas otras siete, ese piso en las afueras que nunca acaban de construir... Te pasas horas y horas y más horas comentando cada detalle (por repetido que sea) de tu asunto favorito ante tu paciente interlocutor. Somos cansos, pero felices. Aquí, servidor suele hablar hasta el aburrimiento de una carrera que se celebró el domingo. Prometo no hacerlo hasta dentro de diez meses.

viernes, 9 de noviembre de 2007

A propósito de la Behobia

Cuando uno escribe en este privilegiado rincón del periódico cree, en su ingenuidad, que le van a leer su parentela, algún amigo que otro y algún compañero de la redacción. Se ve que no. Que este periódico lo lee bastante más gente que los incondicionales de la familia. Cada día desfilan por este espacio variopintos comentarios sobre asuntos mundanos, y no tan mundanos, que gustarán más o menos al lector. El pasado martes creí oportuno escribir un artículo sobre las carreras populares y la Behobia-San Sebastián. En mala hora. El Club Deportivo Fortuna, organizador de la prueba, se ha sentido enormemente indignado, decepcionado y ofendido, y así me lo ha hecho saber. Era una reflexión personal sobre el coste de la cuota de inscripción y los obsequios que reciben a cambio los participantes. Una reflexión creo que compartida por otros participantes. No sé si muchos o pocos. En ningún caso el comentario quería dañar la imagen de un club que ha dado sobradas muestras de organizar de manera notable la carrera vasca más conocida y que más corredores reúne. La crítica, legítima, como todas, estaba centrada exclusivamente en un aspecto muy concreto. Y hablaba con conocimiento de causa (17 participaciones consecutivas a mis espaldas y un montón de modestas incursiones en multitud de carreras populares). Nadie pone en duda la enorme entrega y el trabajo desinteresado que realizan a diario decenas de socios y colaboradores del Fortuna. Vaya un aplauso para ellos. Y aquí paz y después gloria... deportiva.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Carreras ¿populares?

A rebufo de la Behobia-San Sebastián, en los últimos años han crecido como setas las carreras de atletismo en Gipuzkoa y los territorios de su entorno. Nada que objetar. Resulta saludable que cada fin de semana exista la oportunidad de disfrutar de una de tus aficiones favoritas rodeado de gente que corre por el placer de correr. El problema es cuando el ocio se traduce en negocio. Cuando los organizadores (no todos) consideran que entregar una camiseta de algodón y una botella de agua en la meta a cada participante es suficiente si previamente se pagan ocho, diez o quince euros. Como en botica, en las carreras hay de todo. Organizadores altruistas que se desviven por los atletas populares y otros con menos escrúpulos que sólo buscan amasar dinero. La Behobia se lleva la palma en las cuotas de inscripción. Cada participante paga 25 euros, lo que equivale a unos ingresos, sólo por inscripciones, de 60 millones de las antiguas pesetas. No sé si es caro o barato. Sólo sé que la más modesta de las carreras de pueblo agasaja a los populares con todo tipo de sorteos (cenas, fines de semana en casas rurales, zapatillas, etc.). En la Behobia no se gastan un duro en obsequios (argumentan que el precio de la camiseta que dan a cada participante es superior al de la inscripción). Ni siquiera regalan aquellas simbólicas participaciones de lotería que recibían los atletas hasta hace unos años. Quizás deberían recordar que, como en el Tour, quienes hacen grande la carrera son los corredores y los espectadores. Y quizás también deberían tomar nota de otras pruebas más modestas. La Carrera de Primavera de Donostia, por ejemplo.

miércoles, 31 de octubre de 2007

BCN

El paradigma de la ciudad perfecta se nos cae a cachitos. Barcelona o, si lo prefieren, BCN, que es como se denomina a la Ciudad Condal en algunos medios de comunicación catalanes por aquello de economizar las palabras, está mostrando al aire en los últimos meses todas sus vergüenzas, que por lo visto son muchas. Si alguien definió a Madrid como "la ciudad de la zanja" por las decenas de obras que salpican sus calles, lo de BCN no tiene desperdicio. De repente, descubrimos que detrás de esa imagen de postal se esconde una urbe con problemas impropios de una ciudad que lidera todos los rankings de vanguardia. Descubrimos también que no es oro todo lo que reluce en la capital del modernismo, y que el empeño de la política por fomentar la cultura del cemento y el ladrillo provoca a veces colapsos como el que se vive en el área metropolitana. BCN padece su particular annus horribilis. En un corto intervalo del tiempo, dos de los servicios imprescindibles para la ciudadanía (la electricidad y el transporte) han sufrido defectos de funcionamiento hasta sumir a la ciudad en el caos. A los apagones del verano la han sucedido los socavones en las obras del AVE. Ya va para dos semanas que no funcionan los trenes de Cercanías. Y no hay que remontarse mucho en el tiempo para recordar el desastre de las obras del metro en el barrio de El Carmel. Vamos, que sólo les falta que se derrumbe la Sagrada Familia (el AVE pasa muy cerquita del templo) y que Lionel Messi se lesione.


viernes, 26 de octubre de 2007

El gurú de Gales

Es el último entrenador que conquistó un título con el primer equipo de la Real. A mediados de los 80 importó a la Liga una entonces novedosa defensa de cinco jugadores con los laterales avanzados. La Real practicaba un fútbol alegre y vistoso, con plantillas plagadas de chavales de la cantera. Luego fichó por el Madrid, ganó una Liga, batió el récord de goles en una temporada, dijo aquello del cerdo volando por el Bernabéu y patatín patatán. Hasta aquí las alabanzas. Toshack, que por si alguno todavía no lo ha captado es el personaje aludido, se ha convertido en nuestro particular abuelo Cebolleta. A todas horas nos recuerda sus gestas, los jugadores que triunfaron con él en el banquillo, sus récords y todo tipo de historias mil veces repetidas. Ahora entrena a Gales, una selección de medio pelo que parece el Brasil de los 70 a juzgar por sus comentarios. Aparte de un tipo pesadote que siempre nos cuenta las mismas batallitas, se ha convertido en el gurú de la Real. Toshack es en Anoeta lo que Clemente en San Mamés y Cruyff en el Camp Nou. Siempre hay que pedir su opinión. Ahora es asesor del club (¿cobrando?) y, a poco que triunfen sus paisanos Coleman y Vaughan, lo va a pregonar durante los dos próximos siglos. Pero basta con repasar un poquito su historial para comprobar que es un entrenador en declive (ha pasado del Madrid a fichar por el Saint-Étienne, el Catania y el Real Murcia), que no ha sabido reciclarse a tiempo y que cree que su ojo clínico para los fichajes es un pasaporte sin fecha de caducidad. Señor, líbranos de él.


miércoles, 17 de octubre de 2007

Hábitos inútiles

No hay como charlar con compañeros y amigos en una terracita con el solecito en el cogote para darte cuenta de que a menudo, casi a diario, eres adicto a hábitos que pueden parecer inútiles. Y no sólo tú. Quienes te rodean practican los mismos hábitos, aunque tú no lo sepas. Por ejemplo. Tengo un amigo que todos los días mira la cartelera de cine que publican los periódicos, aunque hace cinco años que no ve una película en una sala con palomitas y todo eso. Es tal la logística que tiene que organizar para ir al cine con su mariachi, que prefiere quedarse en casa. Otro amigo hace lo propio con la parrilla de televisión. Todos los días mira la programación que hay por la noche, aunque luego no ve nada, ni medio Teleberri, porque se mete en el sobre sin encender el aparato. Otro que tal baila es éste que se para a mirar todos los escaparates de las librerías para ver las últimas novedades literarias, cuando lo último que adornó su mesilla fueron los fascículos del Libro Gordo de Petete. Y qué decir del amiguete que repasa hasta la última oferta en las cristaleras de las agencias de viajes. Mira una, dos y cien veces ese viaje soñado a las Maldivas, cuando a lo más que llega es a estirar su sueldillo para ir un fin de semana a Cabárceno. El colmo de la inutilidad es pararte frente a una oficina de una inmobiliaria para ver los precios de los pisos. Haces un poco de cuentas y te salen muchos ceros. Y el colmo de los colmos es irte de vacaciones y mirar las ofertas de pisos en las inmobiliarias. Hay gente que lo hace. Algunos hasta acaban comprando. Eso sí que es un hábito útil.

lunes, 15 de octubre de 2007

'¡Aupa Jamiltón!'

En una esquina de esta redacción, en un lugar que hace las veces de cajón de sastre, hay una pizarra que en su día se utilizó como atrezzo para una foto artística, es decir, para una fotografía en la que el entrevistado escribía un lema electoral. De cuando en cuando, una mano inocente escribe mensajes en la pizarra. Algunos se pueden contar y otros quedan para los secretos del personal de esta casa. Hace unos días, una de esas manos inocentes escribió un significativo "¡Aupa Jamiltón!". Si el que escribió la expresión está hasta el gorro de la Fórmula 1, de Alonso, del tal Hamilton, de Ron Dennis, de Ecclestone y de todo el gran circo, que se prepare esta semana porque el próximo domingo, a media tarde, se para el mundo. Gentes que hace tres o cuatro años sabían como poco que la Fórmula 1 era un deporte que se corre en circuitos y con vehículos a motor, no despegarán la vista de la tele amiga, el calvo y toda su troupe de parlanchines. La Fórmula 1 ha pasado de ser un deporte de tercera a convertirse en materia de debate. En las barras de bar escuchas sesudas discusiones sobre si uno de los neumáticos delanteros del coche de Alonso tenía la presión adecuada o si el safety car debía haber salido a la pista después de tal o cual accidente. A uno, como aficionado a todo deporte (de chaval veía en Estadio 2 hasta los torneos de billar), le llama la atención tanta pasión por la Fórmula 1. A otros, la tabarra les resulta insoportable. Tengo un amigo que dice que la Fórmula 1 no es deporte. Eso sí, el muy pillo no se pierde los minutos anteriores a las salidas, cuando salen unas chicas despampanantes para sostener sombrillas.

miércoles, 10 de octubre de 2007

18.200 viviendas

Odón Elorza anunció el lunes que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Donostia prevé la construcción de 18.200 viviendas, la mitad de ellas de VPO, durante nueve años. No sé si son muchas o pocas viviendas. En todos los pueblos y ciudades hay tantos planes para levantar pisos, chalets, unifamiliares, bifamiliares y toda suerte de edificios, que uno pierde la cuenta. Vamos a tirar de matemáticas, que para eso uno es de Ciencias. Si Donostia tiene 180.000 habitantes (cien arriba, cien abajo) y se van a crear 18.200 viviendas, toca a un piso por cada 9,8 vecinos. O sea, que tiene pinta de que son muchos pisos. El problema es que la mitad serán de venta libre. Qué bien utilizada esta expresión: de venta libre. En efecto, promotores y constructores (no todos) ponen a los pisos los precios que les da la gana, mayormente desorbitados y galácticos, con tantos ceros que hay que echar mano de la calculadora para pasarlos a pesetas. Eso sí, algunos (supongo que una minoría) no tienen reparos en que pagues en B (bonita manera que se usa para referirse al dinero negro de toda la vida) e incluso te sueltan frases tipo: "Compra el piso sobre plano por 50 kilos, que al mes siguiente lo puedes vender por 60". Creo, no soy experto en la materia, que detrás de esa coletilla de "interesante inversión" no se esconde más que la pura especulación. No en todos los casos, pero sí en unos cuantos. Y mientras, venga que te venga, unos a construir pisos y otros a venderte hipotecas. Y tú, que para eso no eres europeo (los europeos viven de alquiler, según nuestros políticos), haces números y te entrampas hasta las cejas por los siglos de los siglos. Amén.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Haile Gebrselassie

Haile Gebrselassie (qué difícil es escribir y pronunciar este apellido) batió el domingo en Berlín el récord del mundo de maratón. Más allá de la noticia queda la hazaña. Este tipo menudito (64 kilos en un cuerpo de 165 centímetros), de sonrisa angelical, que tiene cara de anciano pese a que sólo cuenta con 34 años, recorrió los 42 kilómetros y 195 metros en un increíble tiempo de 2 horas, cuatro minutos y 26 segundos. Impresionante, que diría el torero de las bragas. Para hacernos una idea de la gesta bastan dos datos: corrió cada kilómetro a una media de 2 minutos y 57 segundos, es decir un promedio horario superior a los 20 kilómetros por hora. Prueben a subirse en una bicicleta e intenten recorrer 40 kilómetros en dos horas. Es complicado si no está habituado a practicar deporte. Y qué decir de cubrir un kilómetro en menos de tres minutos. Tengo amigos que entrenan horas y horas y que a duras penas completan una serie de un kilómetro por debajo de 3 minutos y 30 segundos. Pues bien. Este hombre hace 42 kilómetros a un ritmo inferior a los tres minutos. Pura genética y puro entrenamiento también porque el amigo Gebre preparó durante 100 días la cita que le llevó a cruzar con todos los honores la meta de la Puerta de Brandemburgo. Además de exhibir unas condiciones físicas asombrosas, hizo gala de una modestia impropia de algunos atletas (no hay más que ver el ego que gastan los velocistas). Diez minutos después de su éxito, recibió la llamada de su compatriota Paul Tergat (autor del anterior récord) y el bueno de Gebre le contestó con un "Hola Paul, lo siento".

lunes, 1 de octubre de 2007

La cana es bella

Vino por estos pagos el tal Richard Gere y zanjó una cuestión que rondaba por mi cabeza desde tiempo inmemorial: ¿Ellas los prefieren canosos o calvos? Canosos, of course. Si un tipo que ha hecho un par de buenas pelis en toda su carrera, llena la calle Reina Regente como si se tratara de un recibimiento a la Real tras ganar un título, es que los prefieren canosos. No hay discusión que valga. Este hombre ha hecho de la cana un signo de distinción de belleza, aunque la amiga Laura dice que a ella le encanta su mirada. "Tiene una mirada....". Repuesto ya del soponcio que me produjo que ellas los prefieran canosos y no calvos (que es al fin y al cabo lo que yo pensaba), leo ayer un par de titulares concluyentes en la portada de Magazine, la revista dominical de El Mundo: "Teñirse o no teñirse", "El 90% de las mujeres cree que las canas hacen más sexy a los hombres". Según los expertos en imagen, tener canas infunde seriedad... en los hombres. Porque en las mujeres, dicen, puede llegar a ser un obstáculo en su carrera profesional. Sigue contando la revista que, así como hace tiempo que hay rubias de bote (con perdón), cada vez más celebridades se echan en brazos del colorante blanco. O sea, que se tiñen el pelo para parecerse a Papa Nöel. Amigos de Just for men, lo tenéis crudo si a la peña le da por embadurnarse el pelo de blanco Titanlux. Los calvos, o los que arrastramos ya una alopecia galopante, nos conformaremos con recurrir al refranero popular para desacreditar los atributos de tanto canoso guapo. Y es que ya se sabe: "Arriba canas...".

sábado, 29 de septiembre de 2007

Una de motes

Cuentan que en una fábrica del norte de Navarra con una gran tradición industrial todo pichichi tiene un mote. Desde el chaval de prácticas hasta el consejero delegado. Y que los malignos trabajadores tardan un suspiro en poner apodo a compañeros y jefes. Según entra un novato en la fábrica, ya tiene sobre su espalda el alias de turno. Algunos motes son de sobra conocidos, y otros (generalmente se reservan para los jefes) se guardan en la intimidad del vestuario y las taquillas. El mundo está plagado de motes, hasta tal punto de que hay personas a las que llamamos por su alias pero de las que desconocemos su nombre y apellido. En el instituto y en la universidad siempre hay alguien al que le da por llamar a un colega por el nombre de su pueblo. Así que he tenido compañeros que se llamaban Arizkun, Bera, Bermeo. Lo de la cuadrilla de cada cual es otro universo. Conozco una en la que la relación de motes es infinita: está Pingus (ni él mismo sabe por qué le llaman así), Sherpa (un día llevó a la cuadrilla al monte y se perdieron todos), Tanke (le gusta la cerveza), Butanero (y no ejerce como tal), Oscar Animal, Pombi, Guindis (de guindilla, porque no para quieto ni un minuto) Miguel El Loco, Corrocón, Txapel, Marcelo (en honor a su padre), Popis (por el personaje de El Jueves), Cvjeticanin (por el mítico escolta del Estudiantes), Indio (sobran los comentarios, solo hay que ver su físico) un largo etcétera. Hasta uno mismo tiene su mote, aunque eso también se guarda para la intimidad de la redacción.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Luis Aragonés

Ahora resulta que buena parte de la prensa deportiva matritense descubre que Luis Aragonés es cascarrabias, gruñón y maleducado. Le da a este hombre por dejar plantados a los periodistas después de un partido oficial y le llueven las críticas de quienes le han alabado y adulado hasta el exceso durante años y años. Como si hubiéramos nacido ayer. Luis Aragonés, el entrenador (como jugador fue excelente y atesora un soberbio palmarés), siempre se ha destacado por su lenguaje soez, su insoportable carácter y lo mal que encaja las críticas. Siempre me ha parecido que se trata de un entrenador sobrevalorado, aunque es cierto que quienes mejor pueden calibrar su capacidad como técnico son los jugadores que han estado a sus órdenes. Así que vayamos a la estadística pura y dura. Como entrenador ha dirigido en los últimos 24 años a ocho equipos de la Liga, algunos de ellos punteros (Atlético, Betis, Barça, Valencia, Espanyol, Sevilla, Oviedo y Mallorca). Ha tenido plantillas plagadas de estrellas y construidas a base de talonario. Y ahí está el resultado: una Liga en 1977 con el Atlético, y cuatro Copas, tres con el equipo de toda su vida en 1976, 1985 y 1992, y otra con el Barça en 1988 para desgracia de los seguidores de la Real. De su irritable carácter ha dejado alguna muestra en Anoeta. Hace unos años, minutos antes de un Real-Atlético, montó en cólera porque en la alineación local aparecía Adepoju. Estaba convencido de que alguien le quería engañar con ese futbolista llamado Adepoju. Lo que no sabía era que hacía meses que Mutiu había pedido que se le nombrara con su primer apellido, porque así es como era y es conocido en Nigeria.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Victoria Bekcham

EL otro día vi en la cadena Cuatro un reportaje sobre Victoria Beckham. Primera conclusión: esta tía es la mujer más tonta del planeta, y mira que es grande el planeta. Segunda: se pueden ganar millones y millones de euros sin pegar un palo al agua. Tercera: si esta tipa arrastra todos los días a una legión de fotógrafos que luego venden sus imágenes a las revistas que, a su vez, las compra el común de los mortales, es que el ser humano ha llegado a unas cotas de estupidez inimaginables. Por abreviar, y para no aburrir, el reportaje llevaba por título Victoria Beckham: de La Moraleja a Sunset Boulevard y versaba sobre la llegada de la madre de todas las pijas a Los Ángeles. El documental, todo hay que decirlo, de una factura impecable, estaba plagado de escenas entre absurdas e hilarantes y frases antológicas. "¿Quiere que se la dedique? ¡Ah, no!, es una firma de verdad", dice la Beckham cuando un funcionario le pide una rúbrica en su recién estrenado carnet de conducir. "No sé nada de béisbol. Sólo que llevan [los jugadores] los pantalones ajustados". "Pensé que se me iba a salir la silicona por el sobaco" (tras hacer el saque de honor en un partido de béisbol). Entre bobada y bobada, se comprueba que esta mujer vive pegada a unos tacones y unas gafas de sol (no tengo nada en contra de las mujeres que usan tacones y gafas de sol), y siempre va acompañada por su peluquero y su maquilladora. Nada más llegar a Los Ángeles contrata a una asistente personal que, lógicamente, no tiene que destacar por su belleza, digo yo que para que no se líe a su chico que, me cuentan, le he puesto los tubos a esta chica alguna que otra vez.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Fieles de Orio

Orio tiene fieles repartidos por todo el mundo mundial desde antes que Batista Oliden remara en sus tostas. Así que supongo que no es nada extraño acudir el domingo pasado a un funeral en Zubieta (Navarra) y ver con mis propios ojos, que diría el otro a uno de los feligreses vestido con la camiseta amarilla, publicidad oficial incluida. Los que somos de tierra adentro, o de montaña, que es lo mismo, no sabemos con quién ir en esto del remo. Mi amigo Iñaki, taxista para más señas, también es de tierra adentro, lo que no es incompatible para tener un buen puñado de amigas de costa a costa, desde Hondarribia a Muskiz. Es capaz de brindar hoy con el triunfo de Orio y mañana con el de Onddarbi. En más de una ocasión ha acudido a la segunda jornada de la Bandera de La Concha y luego, por aquello de seguir la juerga, al pueblo de la trainera ganadora. Llega incluso a conocer el nombre y primer apellido de algún arraunlari, que ya tiene su mérito, porque el remo es tan sacrificado como poco conocidos sus protagonistas. Héroes para su pueblo y anónimos para el común de los mortales. Y eso a pesar de que en los últimos años se vive una semiprofesionalización, con un ir y venir de remeros de un equipo a otro. Ya no abundan las polémicas (La Concha es un caso aparte porque siempre salta la chispa con algún asunto) y los clubes venden mejor un producto que siempre ha tenido tirón, pero que ahora vive días de vino y rosas. Sobre todo Orio, que lleva dos días de resacón.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

De profesión, padre

Un amigo, de esos que ves poco pero que cuando te lo encuentras te pasas ocho horas seguidas hablando, trabaja de padre. La mayoría ejercemos de padre. O sea, estamos con nuestros hijos cuando el tiempo nos lo permite. Él no, él trabaja. Y, además, cobra. 600 euros al mes. Su mujer trabaja en una empresa, y él digamos que es un amo de casa, si se me permite la expresión. Se ha tomado una excedencia de un año para cuidar a sus tres hijos, uno de ellos de 8 meses, y, cuando se le acabe, tiene la posibilidad de prorrogarla durante un año más. Antes trabajaba en un restaurante, ahora trabaja en casa y su jornada es agotadora. Escúchenle: "Me levanto y desayuno. Luego levanto a mis tres hijos y les doy el desayuno. Llevo a las dos mayores a la ikastola y me quedo con el pequeño. Regreso a casa y hago las típicas labores (limpiar, fregar, planchar...). Preparo la comida, le doy de comer al pequeño y vuelvo a fregar. Por la tarde voy a por las dos niñas, les doy de merendar a los tres, volvemos a casa, les baño, preparo la cena, les doy de cenar y les acuesto". Reserva una hora a la semana para ir a jugar a pala y dice que hay días que compra el periódico y no le da tiempo ni de leerlo. Paradojas de la vida, cuando cuenta que se ha tomado una excedencia para cuidar a sus hijos, mucha gente la mayoría hombres, supongo que muchas mujeres saben de qué habla le miran extrañados, como si lo suyo fuera un chollo. Un último y pequeño detalle: el amigo en cuestión vive en Sara. A efectos legales es francés. Pero ésa es otra historia. Al otro lado del Bidasoa nos llevan traineras de ventaja en conciliar la vida laboral y familiar.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Clávame ese mosto

Domingo 19 de agosto. Mediodía. Sigue la pertinaz lluvia (un inciso para los que se incorporan tras las vacaciones. Del domingo 19 al sábado 25 no paró de jarrear). Para escapar del aguacero, una familia busca refugio en una terraza de aspecto normalito, con mesas de plástico y sin vistas. Pide permiso al camarero para tomar asiento en una de las mesas (la mayoría están reservadas para supuestos comensales) y el antipático tipo, con cara de perdonavidas, no mueve ni media ceja. "Cuatro mostos y una cerveza con limón", solicita la cabeza de familia. El menda trae cuatro mostos en vaso de tubo, con hielo y sin aceituna, y la dichosa lejía que se ha empeñado en tomar el yerno de la cabeza de familia. Llega la hora de la cuenta: 12,50 euros. A 2,50 cada consumición. Los timados no saben si levantar los brazos y empezar a gritar "Manos arriba, esto es un atraco"; dejarle al camarero una propina de 50 euros o armar el taco. Se van sin decir ni pío. Al cabo de unos días, uno de ellos telefonea a un amigo que ha servido cientos de mostos en su bar. "Yo pago a mi proveedor unos 60 céntimos por cada botella de litro de mosto". A los timados les han cobrado 2,5 euros por 25 centilitros. Bonito negocio. No diré el nombre del bar. Sólo reseñaré que se encuentra en un municipio costero de Gipuzkoa cuya trainera fue ayer tercera en La Concha, sólo diré que está ubicado en una calle con el nombre del santo que se festeja el 25 de julio, y sólo añadiré que se llama igual que el Estado que gobierna Arnold Schwarzenegger. Moraleja: cuánto daño hacen algunos hosteleros al sector.


miércoles, 29 de agosto de 2007

Surrealista A-8

Medianoche del martes. 00.10 horas. Viajas por la autopista A-8 rodeado de vehículos que se dirigen hacia el norte y el centro de Europa en la Operación Retorno. Llegas al peaje de Irun y presencias en vivo y en directo una de las escenas más surrealistas que nunca hayas visto en tu vida de conductor. Para quien no circula habitualmente por el peaje de Irun, conviene explicar que está formado por una hilera de cabinas de pago en dirección a Iparralde, y otra más pequeña en la salida a Irun, a la que se accede por un desvío de dos carriles que se construyó hace pocos años. Pues bien, en la medianoche del martes, un vehículo con matrícula belga, cargado hasta los topes o sea, con decenas de trastos en la baca circulaba en dirección contraria por el desvío a Irun. Por detrás del vehículo iba corriendo un ertzaina y, unos metros más allá, otro agente, silbato en mano, trataba de impedir que un segundo coche, también belga, emulara a su compatriota. Por suerte, los dos suicidas no se cruzaron con ningún otro vehículo. Aunque se trate de un caso extremo, en el peaje de Irun es habitual presenciar maniobras más propias de un circo que de una carretera. Muchos conductores extranjeros no entienden ni papa de la señalización de los peajes. Quieren pagar en metálico y acceden a las cabinas que sólo permiten el abono con tarjeta o telepeaje. Así que meten la marcha atrás y buscan la taquilla que tenga cobrador. Aunque no sólo sucede en los peajes. No hay más que ver los volantazos que hay en el desvío a la N-I en Intxaurrondo. Y eso que hay un enorme panel que marca por dónde hay que ir hacia Frantzia.

lunes, 30 de julio de 2007

Vive le Tour!

Dicen quienes nunca han acudido a presenciar una etapa del Tour en los Pirineos o en los Alpes, que les resulta incomprensible que miles de personas duerman al lado de la cuneta durante más de 24 horas para ver pasar a 180 tipos sufriendo como condenados en cuestión de minutos. Yo, si tuviera sesentaintantos, haría como las decenas de jubilados de toda Europa que se montan en una autocaravana el primer día del Tour y se marchan a casa cuando el pelotón ha atravesado la meta de París. O sea, que vería el Tour en directo todos los días, aunque sea para disfrutar del paso del pelotón en un plis plas. Me enrolaría con todos esos forofos del Tour, a pesar de los pesares. A pesar de la UCI, de los organizadores del Tour (qué papelón el de Bernard Hinault, que se negó a subir al podio mientras Michael Rasmussen fue líder), de los (pocos) ciclistas tramposos, de los (pocos) médicos que recurren a métodos ilegales y de los hipócritas que critican en el ciclismo lo que no censuran en otros deportes. Porque, si hacemos una extrapolación de los casos, ¿invitaría una Liga de fútbol profesional a un equipo a abandonar la competición porque uno de sus jugadores se ha dopado? ¿Le forzaría a retirarse en plena competición porque ha mentido? Nadie pone en cuestión que el ciclismo necesita una catarsis, pero de ahí a considerar que los corredores están todo el día colgados de una jeringuilla, va un trecho. Pero para entender los problemas que afectan a este maravilloso deporte, pasen a la página 45 de este periódico y lean el excelente artículo del doctor José Manuel González Aramendi.

miércoles, 25 de julio de 2007

Saioa

Siete menos cuarto de la tarde. Recibo un sms de un número que no tengo registrado en el móvil. El texto, con ese ahorro tan característico de palabras en los mensajes de los celulares, dice lo siguiente: "Saioa ya ha nacido, 3800.todobien". Primera tarea. ¿Quién es Saioa? ¿Quiénes son sus padres? ¿Qué sujeto me ha enviado esta información? Me pongo a pensar en amigos, parientes y conocidos que durante estas fechas estén embarazados y rompo aguas. No tengo ni idea. Suele haber tantos que pierdo la cuenta. Ya se sabe. El embarazo de tu mujer es más largo que las obras de la Sagrada Familia o la mili de tu padre, pero el de las mujeres de tus amigos son visto y no visto. Sigo haciendo memoria y no tengo ni idea de quién es Saioa. No es el hijo de Rafa porque me enteré de su nacimiento leyendo la página de Ecos de este periódico. Si buscan nombres para los retoños que van a llegar, se la recomiendo. El bueno de Rafa me dijo que había enviado un sms, pero nones. No llegó nada. Es lo que tienen las modernidades. Antes los padres llamaban de una cabina del hospi a casa para que la buena nueva corriera, primero por casa de los padres de ella y de él, luego por el barrio y después por el pueblo. Un acontecimiento, oiga. Ahora la cosa es un poco más fría. Consiste en mandar un sms a los más allegados, que queda un poco soso pero es muy efectivo... y fino. Acabo esta Mesa de redacción, pero antes llamo al móvil en cuestión. Asunto resuelto. Es Manolo. ¡Claro! Manolo y Mari Jose, que iban a por el tercero. Pues nada, zorionak, y a disfrutar de la criatura, que llega con 2.500 euros bajo el brazo.

martes, 17 de julio de 2007

Fischerspooner

Leo el pasado domingo las páginas de la sección de Mirarte de este periódico y me topo con una información sobre el FIB (para los menos entendidos, el Festival Internacional de Benicàssim). Y digo para mis adentros: "Ah sí, el festi éste al que va un mogollón de gente y un montón de grupos". Repaso la lista de bandas y cantantes con pedigrí que actuarán para ver si conozco alguno. Esta es la relación de invitados (léase con acento inglés y a poder ser en voz alta): Artic Monkeys, Muse, Wilco, Devo, Bright Eyes, Dinosaur Jr, Antony and The Johnsons, Carl Graig, Rufus Wainwrigth, Fischerspooner, Black Rebel Motorcycle Club, Armand Van Helden, Calexico, Kings of Leon, Clap your hands say yeah. Y paro de contar, que me está costando un rato escribir tanto grupo con grafía inglesa. Excluyo de la lista a Iggy Pop, que es el único al que identifico, y a The B-52'S, que no sé si me suenan por alguna canción o porque eran los aviones que utilizaba Bush para bombardear Bagdad. Llego a la conclusión de que, o me estoy haciendo viejo, o ahora somos minoría los que añoramos a Itoiz y Frank Sinatra. No conozco ni una sola canción de los grupos arriba mencionados. O sí. Vete a saber. Porque con la música me pasa como con el cine. "Que se ha muerto James Taylor", me sueltan. Hasta que no veo la imagen del tal Taylor (que me lo acabo de inventar) no lo reconozco. Y creo que no soy el único. Hace unos días a una amiga le comentaron que se había muerto El Fary. "¿El Fary? ¿Quién es ése?". "El del Torito". "Coño, pues empieza por ahí". ¿Tocó alguna vez El Fary en el FIB?

miércoles, 11 de julio de 2007

Guillaume Prébois

Se llama Guillaume Prébois, tiene 35 años y es colaborador de la sección de Deportes del diario Le Monde (www.lemonde.fr). El tal Prébois o sus jefes vaya usted a saber, que los jefes a veces se las traen ha tenido la original idea de completar el mismo recorrido (3.570 kilómetros en 20 días) que cubre el pelotón del Tour, pero con una jornada de antelación. Es decir, ayer realizó la etapa entre Villers-Cotterêts y Joigny, la misma que hoy recorrerán los profesionales. Antes de iniciar su quijotada en Londres fue sometido a todo tipo de controles médicos y durante su periplo pedalea con otro compañero de fatigas, un tal Fabio Biasiolo, especialista en correr carreras de miles de kilómetros, y un vehículo de apoyo (anteayer le pusieron por los altavoces música de Jacques Brel para que no se aburriera). Su objetivo es demostrar que se puede completar el Tour sin recurrir a sustancias prohibidas. Vale, muy bien, un proyecto muy bonito en la cruzada que Francia lleva a cabo contra el dopaje. Prébois no ha tenido que firmar antes de salir la esperpéntica carta que han suscrito todos los ciclistas para poder estar en la salida. La UCI les obliga a demostrar que son inocentes antes siquiera de que haya una sola prueba de que se han dopado. La Justicia al revés. En lugar de que demuestren tu culpabilidad, tienes que certificar que estás limpio como la patena. De locos. Que haya ciclistas podridos (que los hay, ha habido y habrá) no quiere decir que todos vayan de EPO hasta las cejas. Pero eso es lo de menos. Por cierto, Prébois ya está a cuatro horas del último clasificado del Tour.

lunes, 9 de julio de 2007

Puristas del encierro

Los puristas del encierro (o sea, los que madrugamos todos los días desde hace muchos años para ver por televisión cómo corren los mozos y las mozas delante de los morlacos) estamos acojonaos con el despliegue de medios (mayormente de TVE y Cuatro) de estos sanfermines. Uno ha crecido con los siempre atinados comentarios de Javier Solano y ahora se topa con tropecientos locutores, redactores a pie de hospital, explicaciones de todo Dios y entrevistas hasta al tipo que pone la tuerca de la valla de Mercaderes. Que hasta nos han cambiado los anuncios, oiga. Antes, después del directo, había una ristra de spots (alguno cutre o muy cutre) y, o bien pasabas de ellos, o te ibas al baño a echar la primera meada del día. Yo soy de los que no quitaba ojo a tanto anuncio de espárragos, almohadas... Ahora simultanean las imágenes en directo con los anuncios (como en la emocionantísima Fórmula 1) y no es lo mismo. Pero volvamos a la tele. Amén de unos cuantos errores que no me atrevo a analizar (no soy especialista en televisión), Cuatro incumple una norma sagrada: los locutores hablan durante el encierro. Comentan la jugada. Vamos a ver. Durante el encierro no se habla, como cuando se come se tiene la boca cerrada. Uno pensaba que los corredores, incluidos los divinos, eran anónimos. Ya no. Este año ocupan un montón de minutos de entrevistas. Aún recuerdo el día que un conocido guipuzcoano recibió cinco cornadas. El gran Solano sabía su nombre, su apellido y hasta su número de afiliación a la Seguridad Social. Pero no lo dijo. Nunca lo hacía. Que le devuelvan el micro.

martes, 3 de julio de 2007

El megáfono

A todos (o casi todos) nos ha pasado alguna vez. Sales de farra con tus vaqueros, tus zapatillas y la camiseta de rigor, y vuelves tocado con un sombrero de paja, una pistola de agua, un collar de pega, un Piolín enorme en una mano y los churros en la otra. Y ya se sabe que, después de una noche de juerga, siempre llega la susodicha comida familiar, que suele dar para mil anécdotas. Como ésa que habla del tipo que, tras beberse hasta el agua de los floreros en las Magdalenas de Errenteria, apareció en una comida con la frente de color rosa. Se acaba de duchar, pero el agua no fue suficiente para borrar las marcas del sombrero que había llevado durante toda la lluviosa madrugada de fiesta. El sombrero de paja es un clásico que cuando ya no sirve viaja en la bandeja trasera del coche. Ahora se lleva el megáfono. Si ya han disfrutado de alguna fiesta patronal o una boda, saben de qué hablo. Es la plaga del verano. No sirve para nada, pero se vende como rosquillas. El aparato en cuestión se usa para dar alaridos, convocar a la cuadrilla para ir a potear al siguiente bar o dar la tabarra a tu comunidad de vecinos. Y no sólo eso. El megáfono emite canciones (la palma se la lleva el oé, oé, oé) e incluso grabaciones con las mayores chorradas que pueda cantar uno. Si el cacharro cae en manos de un mangarrán que no sabe cómo llegar a casa porque lleva un pedo del ocho, es capaz de cantarte los últimos cinco LP de Julio Iglesias. Yo ya le veo una utilidad al trasto éste. Lo voy a traer a la redacción para convocar las reuniones de portada.

lunes, 25 de junio de 2007

Los Stones no llenan, ¿y?

Anda un compañero de la redacción mosqueado, y con razón, con los organizadores del concierto de los Rolling Stones. Pagó religiosamente 73 cáncaras, que diría el amigo Felipe, por una entradita para seguir de pie que es como le gusta a estos cuatro ancianos que han pactado con el diablo vivir hasta el infinito. Hay también quien se gastó el doble de dinero y más para disfrutar con los movimientos de pelvis de Mick Jagger. Y hete aquí que un numeroso grupo de espectadores no desembolsó ni un solo eurito por acudir al concierto del año en Donostia en un agravio comparativo de aupa. Los organizadores repartieron que no sortearon graciosamente al menos 2.000 entradas. Y no de las más económicas, precisamente. Otro compañero de la redaccn anduvo listo y rápido y consiguió tres localidades, a un precio de 130 euros cada una, de la manera más sencilla: a primera hora del sábado escuchó en Radio Euskadi que repartían entradas gratis en la sede de Miramon, hizo cola durante dos horas y consiguió el codiciado premio. Unas horas después vio el espectáculo de cine, al ladito del escenario. Hay espectadores estos no son compañeros de trabajo que incluso colaron a un reventa las invitaciones que habían logrado baidefais. Lograron 40 euros por vender entradas que no les habían costado un duro. Llegados a este punto, me hago la pregunta del millón: ¿Tan importante era que se llenara Anoeta ? (No se llenó) ¿Pasa algo si los Stones no agotan el taquillaje? ¿No es de mal gusto vender entradas a 130 euros y, a pocas horas del concierto, regalar las que no has podido despachar?

miércoles, 20 de junio de 2007

El hijo de la Juli

"No sabía yo que el hijo de la Juli tenía unos cojones tan grandes". Escuché esa frase, tal cual, de sopetón, el pasado sábado en uno de los informativos de Radio Euskadi. La frase es copyright de una vecina de Sartaguda y el hijo de la Juli es, obviamente, el alcalde, el tal José Ramón Martínez Benito, que rompió la disciplina de partido para apoyarse en ANV y evitar que UPN se hiciera con la Alcaldía de esta localidad navarra que casi hace muga con La Rioja. El hijo de la Juli ha sido expulsado del PSOE, lo que no quita para que mantenga el bastón de mando en Sartaguda, un municipio conocido como El Pueblo de las Viudas por la sangrienta represión franquista que sufrieron sus vecinos al inicio, durante y después de la Guerra Civil. El hijo de la Juli vuelve a poner en evidencia a las altas esferas de los partidos políticos, que muchas veces son rehenes de las miles de palabras que gastan durante las campañas electorales. Dice el dirigente Fulano que van a respetar la lista más votada y, el día después de las elecciones, ya hay alguien de su partido que se pasa el mandato por el forro del hijo de la Juli. Y dice Mengano que no van a pactar con tal partido y, de repente, le sale un forúnculo en un pueblo diminuto porque uno de sus discípulos pacta con el partido con el que no hay nada de qué hablar. La brocha gorda no vale para pintar todos los acuerdos postelectorales. Aquí cuentan, y a veces mucho, hasta las relaciones personales entre los ediles. Y, se pongan como se pongan los dirigentes sociatas, ANV de Sartaguda no es ANV de Ondarroa, como el hijo de la Juli no es Fernando Puras.

miércoles, 13 de junio de 2007

El sujeto

La vida es una caja de sorpresas. Vas en tu coche pensando en tus cosas mientras ahí fuera cae una tormenta de espanto. De repente, en una carretera de dos carriles en cada sentido, te topas con un sujeto empapado de agua, a pecho descubierto, descalzo y vestido únicamente con unos pantalones. El sujeto está en el centro de la carretera, moviendo los brazos para que te detengas. Paras y, sin bajarte del coche, el sujeto se abalanza sobre la parte delantera del vehículo como un poseso. Una, dos, tres, cuatro veces. Sigue tronando, pasan a tu lado más coches, pero el sujeto se ha encaprichado con el tuyo, que no es precisamente un Ferrari. El acojono dentro del coche recuerda que vas solo aumenta, al tiempo que la agresividad del sujeto te empieza a dar miedo. Gritas varios improperios que no escucha ni Dios porque fuera caen chuzos de punta y ves cómo el sujeto te pide un cigarrito como si te pidiera que le sacaras todo el dinero del cajero. Aceleras y el sujeto se mete un tortazo de muy señor mío. Y empiezas a pensar que has matao al sujeto y que vas a pasar una temporadita con Otegi. Así que vuelves al lugar del crimen. Ves a la Ertzaintza y a dos sanitarios que hablan es un decir con el sujeto para tratar de calmarle en mitad de la tormenta. Aparecen dos amigos del sujeto, que por lo visto se ha pegao unos tajos en el cuello. Comentas a la autoridad competente que has dado un acelerón y que igual has lesionado al sujeto, y te contestan que aquí paz y después gloria. Se marcha del lugar el sujeto, se van sus amigos, la autoridad y los sanitarios. Y te vas tú pensando que lo de la chica de la curva de Sunbilla es pecata minuta comparado con lo del sujeto.

miércoles, 6 de junio de 2007

Hablan las armas

Esta vez sí. Esta vez era la definitiva, el alto el fuego sin retorno, irreversible, el viaje a la esperanza de la paz, el adiós a las armas, las bombas, la extorsión, las amenazas... Era también el viaje a la esperanza del fin de la dispersión, de las ilegalizaciones, de los sumarios sin base. No había vuelta atrás. Y resulta que esta vez tampoco, que el viaje sin retorno nos ha llevado a una vuelta a las andadas. Regresan las armas, regresa una extorsión que en realidad nunca ha desaparecido, y vuelven las amenazas, que siempre han persistido. Otra vez con el miedo metido en el cuerpo, con la incertidumbre de saber a quién aplicarán su particular modo de entender la democracia. La pasada medianoche han puesto a cero su macabro contador. Vuelven a hablar las armas para "liberar a Euskal Herria". O viven en otro tiempo, o no escuchan a este pueblo.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Sonrisas postelectorales

Echas un vistazo a los periódicos del resacoso lunes postelectoral y vuelves a comprobar que los políticos son una especie única e intransferible. No digo que sea ni buena ni mala, sólo única. Se supone que, después de una jornada de elecciones, como después de un partido de fútbol, hay ganadores, perdedores y otros que ni fu ni fa. Pues no. Miras los periódicos y los informativos de las televisiones, y en todos los casos (partidos) los aspirantes salen a la tribuna de oradores para comparecer ante sus fieles con una sonrisa de oreja a oreja. Da igual que se hayan dejado 30.000 votos en el camino o que hayan perdido 28 concejales de una tacada. Lo importante es la pose y poner una sonrisa profiden, tirando a falsilla. Todo el mundo es bueno, todo el mundo triunfa. Aunque haya quienes tengan motivos para la celebración, el domingo todos los partidos perdieron un poquito. Al menos en Gipuzkoa. Cuatro de cada diez potenciales votantes no acudieron a la cita con las urnas, y eso que el día, precisamente, no acompañaba para tostarse al sol y pasar olímpicamente de las papeletas. Esta vez no vale la socorrida excusa de que hacía un "día de playa" y el elector de turno no estaba por la labor de votar. Así que quizás la dichosa jornada de reflexión, en lugar del sábado, se trasladó al lunes. Casi sin tiempo para recuperarnos de esta simplona campaña electoral, llega otra, la futbolera. La Real convocó ayer unas elecciones raras raras (pasen a la sección de Deportes). Y aquí sí que no valen las sonrisas porque este club es un mar de lágrimas.