viernes, 30 de mayo de 2014

Gaizka Garitano

Hay guipuzcoanos que, ya sea porque han desarrollado su carrera profesional o porque residen en el territorio vecino, parecen vizcainos y, viceversa, vizcainos que se dirían que son guipuzcoanos de toda la vida porque llevan un puñado de años por estas tierras. En la primera tanda se podrían citar varios nombres sin ser sospechosos de filias o fobias. Y a la inversa, hay una buena ración de vizcainos que creeríamos que son guipuzcoanos sin necesidad de mirar su partida de nacimiento. En la Real, por ejemplo, hay dos como mínimo. Gaizka Garitano, vizcaino de nacimiento (es natural de Derio), podría pasar por guipuzcoano. Y no solo porque jugó en la Real y el Eibar, porque entrena al equipo armero o porque actualmente vive en Zarautz. De puertas afuera, y ya que vamos de tópicos, el hijo de Ondarru responde al perfil que se asocia al carácter guipuzcoano: poco o nada estridente, noblote, recto, trabajador sin aspavientos y comprometido. En un equipo entrenado por Garitano sería impensable que, en una final ya resuelta con un 3-1, uno de sus jugadores celebrara un cuarto gol quitándose la camiseta y marcando abdominales. Simplemente, no es su estilo. El respeto al rival, saber ganar y, sobre todo, saber perder, se lleva en los genes. Va en el carácter.

sábado, 24 de mayo de 2014

"Desde que era niño he vivido en quince casas diferentes, mi vida cabe en una maleta"

KILIAN JORNET
CORREDOR DE MONTAÑA 


Debajo de ese rostro tímido, aniñado, se esconde una fuerza bruta de la naturaleza. Kilian Jornet ha roto todos los moldes en las carreras de montaña. El corredor catalán (Sabadell, 27 de octubre de 1987) sorprendió al principio por su precocidad en ganar pruebas de trail, ya fueran de media o larga distancia (logró la Zegama-Aizkorri con solo 21 años). Más tarde arrasó al ganar toda aquella carrera que se proponía (ha sido seis veces campeón de la Copa del Mundo) y ahora asombra al batir los récords de ascenso y descenso a las montañas más emblemáticas de la Tierra (lo hizo en el Montblanc y el Cervino, y el mal tiempo se lo impidió en el Elbrus). Jornet ha pasado en pocos años del anonimato a ser una celebridad deportiva tras recibir una cascada de recibimientos coronados con el reciente nombramiento como Hombre del Año por parte de National Geographic. Desde la autocaravana en la que se mueve de carrera en carrera y de montaña en montaña, Jornet, que vive conectado al mundo a través de las redes sociales, responde por correo electrónico al cuestionario que sigue. 

En la película 'A fine line', Mireia Miró cuenta cómo hace unos años usted elaboró tres listas. Una con todas las carreras que quería ganar, otra con los proyectos que deseaba hacer en la montaña y una tercera con sus proyectos de vida. La primera lista la ha completado entera porque ha ganado todas las carreras que apuntó en aquella lista. ¿Qué le queda por hacer de la segunda lista? ¿Los proyectos restantes de Summits of my life (Everest, Aconcagua, etc.)?
-A mí me gusta pensar en el futuro, pero relativamente. Ahora mismo estoy centrado en Summits of my life, y esos son mis proyectos a corto y largo plazo, porque todavía no sabemos si en 2015 haremos el intento de subir el Everest en un tiempo récord. En cualquier caso, esos son ahora mis proyectos y mis sueños y una vez completados veremos qué nos espera.
¿Y cómo va la lista de proyectos personales?
-Summits of my life es ahora mis proyectos personales, así que estoy muy contento de cómo está yendo todo.
El pasado lunes presentó en Barcelona 'Déjame vivir', una película que dicen que muestra al Kilian Jornet más desenfadado y que resume los tres primeros retos de récords de ascenso y descenso al Montblanc, Cervino y Elbrus. ¿Subir y bajar montañas más rápido que nadie es como un juego?
-Bueno, es un juego pero que sabes que puede tener consecuencias, y en nuestro caso las consecuencias pueden ser devastadoras. Así que sí, nos lo tomamos como un juego porque estamos haciendo lo que nos gusta en un entorno que nos gusta, pero sin dejar de ser conscientes en todo momento de los riesgos que tomamos.
¿Dónde está el límite en la montaña?
-El miedo en la montaña es lo que te ayuda a ver que te estás acercando peligrosamente al riesgo. Es por ello que el miedo es bueno, ya que ayuda a saber ver cuándo hay que continuar en la montaña o darse la vuelta y volverse para casa.
Hay quien considera que con retos de este tipo se pierde el respeto a la montaña.
-Precisamente, una de las bases de este proyecto es ser lo más silencioso y respetuoso con la montaña como sea posible. Por eso en las expediciones somos muy pocos e intentamos usar el mínimo material para no dejar huellas en ella. El respeto por la montaña y la naturaleza me lo han enseñado desde pequeño, así que para mí es muy importante.
Ya ha hecho alguna incursión en el Himalaya pero ¿cómo cree que se adaptará a la altura en un 'ochomil' como el Everest?
-No lo sé muy bien todavía, tendremos que ir paso a paso. De momento este año ya intentaremos un sietemil en América que nos dará las primeras pistas sobre ello.
¿Es factible hacer en el Himalaya lo que se hace en los Alpes? ¿Bajar y subir montañas en pocas horas?
-Esa es la idea. Salir con lo puesto desde el último pueblo e intentar hacer cumbre.
En la recién finalizada temporada de esquí de montaña ha conseguido más victorias que nunca pero no el título de la Copa del Mundo. Y ha comentado que, pese a no lograr el campeonato, se ha sentido mejor que nunca.
-Sí, al final a todos nos gusta ganar, pero los títulos quizás no son lo más importante. Este año me perdí algunas carreras porque estaba enfermo, y a pesar de todo disfruté mucho, tuve muy buenas sensaciones y mejores resultados que en otros años. Al final lo que cuenta no es en qué posición llegas a la meta sino la manera como te sientes cuando llegas.
¿Qué le parece que se plantee que el esquí de montaña sea deporte olímpico?
-Es una muy buena noticia. La Federación Internacional de Esquí de Montaña está haciendo un gran trabajo en ese sentido pero todavía nos queda un largo camino por recorrer.
Hace quince días inició la temporada de carreras de montaña con el segundo puesto en la Transvulcania. ¿La competencia es cada vez más dura?
-Sin duda, la gente viene muy preparada. Eso lo hace más emocionante y divertido, seguro que será una gran temporada.
Mañana llega la Zegama-Aizkorri, que es su carrera fetiche. Es la prueba que más veces (seis) ha ganado.
-Como siempre digo, Zegama es Zegama.
¿Qué tiene la Zegama que engancha?
-Es una carrera estupenda, tanto por el recorrido como por el ambiente.
¿A qué atribuye que correr se haya puesto tan de moda en los últimos años?
-A la gente le gusta salir a la montaña y ponerse retos. Eso es bueno siempre que se respete la montaña y que cada uno sea consciente de sus limitaciones.
¿Cuánto hay en Kilian Jornet de condiciones físicas innatas y cuánto de entrenamiento?
-Hay de todo, sin trabajo es imposible llegar a un buen nivel, y cuando se llega hay que seguir trabajando, eso es importante.
¿Cómo ha acostumbrado su cuerpo a no tener que avituallarse tanto como el resto de corredores?
-Desde pequeño he vivido en la montaña, y he aprendido a intentar vivir de ella y de lo que nos aporta.
Dicen de usted que sería capaz de hacer una carrera avituallándose solo con los frutos y el agua que encontrara por el camino.
-Según donde sea la carrera, sí, pero sin duda las asistencias siempre nos ayudan para que podamos hacer mejores tiempos.
¿Es una especie de nómada? Ha vivido en Font Romeu y Chamonix, en Francia, en Lyngen (Noruega). Ahora se mueve en una autocaravana...
-Sí, soy bastante nómada. He vivido en quince casas diferentes desde que era pequeño y mi vida cabe en una maleta. Con la furgoneta lo bueno es que cada día te puedes levantar en un sitio diferente y eso es magnífico.
¿La montaña es el medio en el que encuentra la felicidad?
-Sí, la montaña es como mi mejor amiga y mi enemiga: me da la felicidad pero a veces también nos la quita.
¿Qué queda de aquel Kilian que con cinco años hizo la travesía de los Pirineos de punta a punta?
-Supongo que la manera de ver y entender la montaña que me enseñaron mis padres, y que intento aplicar a todo lo que hago.
¿Cómo lleva la fama? ¿Qué ha cambiado desde que fue distingudo como Aventurero del año por National Geographic?
-Lo bueno es que yo vivo y entreno en la montaña y allí es donde me siento bien. Es un honor que National Geographic me designara Aventurero del Año, siempre son buenas noticias para nuestro deporte.
Hace unos años era impensable que un corredor de montaña presentara una película en un auditorio como el Palau de la Música, donde usted presentó el pasado lunes 'Déjame vivir'.
-Sí, estamos muy contentos con la evolución que está viviendo este deporte y que poco a poco la gente se vaya interesando por ella.
No tiene televisor desde los 17 años, pero está informado casi al minuto y es muy activo en las redes sociales. Se diría que cada día amaneces en un lugar diferente.
-Sí, me gusta esa idea, de poder seguir conectado aun estando tan lejos.

viernes, 23 de mayo de 2014

Pájaros espinos

Del rosario de anacronismos que arrastra la Iglesia católica desde los siglos de los siglos, el celibato obligatorio figura en los altares como una de sus tareas pendientes de revisión. La carta que han enviado al Papa 26 mujeres que viven, han vivido o desearían vivir una relación con un sacerdote ha vuelto a poner de actualidad un asunto del que no oirán hablar a la jerarquía eclesiástica, más preocupada de opinar sobre asuntos en los que haría mejor si se tapara la boca. El caso es que pájaros espinos ha habido desde que el mundo es mundo. Decenas de curas han tenido el corazón dividido entre el amor a Dios y el amor terrenal, de carne y hueso. Según las estadísticas (que las hay también en este campo), desde los años 70 unos 100.000 sacerdotes han dejado los hábitos para mantener una relación (marital o no) y cada año el Vaticano concede unas 700 dispensas para vivir un amor pleno con una mujer o, digo yo, con un hombre. Hace unos días, el periodista Juan Arias apuntaba en un excelente artículo en El País que la prohibición de casarse data del Concilio de Trento (1545-1563) y recordaba que "Pedro, el primer Papa de Roma" estuvo casado y nadie ha demostrado que no lo estuviera Jesús. El problema es que a la jerarquía de la Iglesia hace tiempo que se le paró el reloj.

viernes, 16 de mayo de 2014

La regla de las tres 8

Si las 24 horas del día se reparten en ocho horas para trabajar, ocho para dormir y ocho para las labores domésticas, el ocio y otros vicios confesables, hay algún capítulo que me estoy perdiendo. Y creo que no soy el único. Rara vez cumplo la conocida como regla de las tres ochos. O trabajo más de ocho horas y duermo menos de ocho. El ordenador es un apéndice más del cuerpo, hasta tal punto que conozco a más de uno que de tanto manejar el ratón tiene un bultito entre la mano y la muñeca. Como en este bendito trabajo pasas mucho tiempo leyendo y releyendo periódicos, correos, cartas, textos, titulares, sumarios, blogs, tuits, Facebooks, notas de prensa, informes, previsiones y todo lo que caiga encima de la mesa, llega un momento (normalmente al final del día) en el que no te apetece dedicar ni un minuto más a la lectura. A uno le gustaría emplear media hora diaria en un libro, pero ya no caben más letras en el cerebro. Será por eso, por el gusto por los libros, por lo que siempre me paro frente a los escaparates de las librerías para observar las últimas novedades que no voy a poder leer. Al menos prometo leer los tres últimos libros que me han regalado y que por ahora descansan en la estantería a la espera de ser abiertos: uno sobre fútbol, otro de rabiosa actualidad y un tercero acerca de Julio Caro Baroja.

viernes, 9 de mayo de 2014

La pelota... es vasca

Acabáramos. Resulta que la culpa de que el Gobierno de Navarra no autorice las emisiones de ETB en la comunidad foral es de la pelota... vasca. El Ejecutivo de Barcina pide ahora que el canal renuncie a la "exclusividad" en los derechos de retransmisión de los partidos de pelota para que puedan optar a su compra "cualquiera de las televisiones con licencia" en Navarra. La excusa número 1.235 de UPN para que se regularice la captación de ETB en Navarra es ya de nota. Que se sepa, la única televisión nacional que opera en el territorio rojillo es Navarra TV, una cadena hecha con mucha más voluntad que medios y que rara vez (sanfermines al margen) ofrece directos en exteriores. Con el burdo pretexto de la pelota, el Gobierno navarro pone otra chinita en un camino de obstáculos que dura ya 28 años, desde que en 1986 comenzaron a llegar las primeras emisiones de ETB a Pamplona. Y el problema no es ni la pelota ni el múltiplex ni el repetidor del Perdón. El problema es el euskera y la cerrazón y oposición visceral de sectores de UPN a la captación de una cadena que no pueden controlar y una lengua que no entienden y desprecian. No hay más. Todo lo demás son excusas. Hoy es la pelota. Mañana, que la pelota no es navarra... es vasca.

viernes, 2 de mayo de 2014

Liverpool FC

de chavales, allá por los primeros años 80, además de profesar una fe inquebrantable a la Real campeona, simpatizábamos con clubes, equipos o deportes de lo más dispar, ya fuera la NBA, el hockey sobre patines o el tenis. Servidor, por ejemplo, era de los Lakers de Magic frente a los Celtics de Bird, alucinaba con el soseras de Ivan Lendl, sufría con las varias vueltas al mundo que Marino (¿hace falta poner el apellido?) completaba cada temporada, flipaba con los atletas del Este (esa Jarmila Kratochvilova que mantiene el récord del mundo de los 800, el más sospechoso de todos los tiempos) o asistía a duelos épicos en la Liga de balonmano. Si en alguna competición repartías tus filias y fobias era en el fútbol europeo. Por aquello de la proximidad, tenía cierta simpatía por el Girondins, por el Borussia Mönchengladbach (el nombre lo dice todo) y por el Napoli desde que mi madre, de vuelta de un viaje por Italia, me trajo una bufanda de aquel gran equipo que capitaneaba Diego Dios Maradona. Pero el equipo con mayúsculas era el Liverpool. No hay razón lógica que explique por qué durante toda mi vida he simpatizado con el Liverpool, así que mejor no buscarla. Ahí andamos ahora, acariciando una Liga que no catamos desde 1990. Ya va siendo hora.