miércoles, 27 de septiembre de 2006

Padres de cine

El compañero Juan, que a diario nos deleita en estas páginas con sus Cuentos de cine, se ha metido ya entre pecho y espalda más de una docena de películas en el Zinemaldia. Amigo, has visto más pelis en seis días que quien suscribe en cinco años. La industria del celuloide lo tendría crudo con espectadores como un servidor. En estos últimos años he pisado tan poco las salas que no me cuesta recordar mis últimas películas. Hace cosa de un año vi Bambi 2, entrañable filme, eso sí, con pocos diálogos y con una banda sonora que te pone de los nervios. La primera parte ya la tenía vista por vídeo y varias veces, por cierto. Ya se sabe, los críos son capaces de ver mil veces la misma historia. Conozco a alguna criatura que recita de memoria hasta los diálogos de los protagonistas. Tampoco tengo que gastar muchas neuronas para recordar los dos anteriores filmes. Pertenecían a una famosa trilogía que se proyectó de año en año y que al final ganó un porrón de Oscars. Vi dos de las tres películas, la última en unos cines que ya están cerrados. Bonito plan éste de ir al cine... si no tuvieras que colocar a los más pequeños con la parentela. Porque ir al cine (a la sesión de noche) supone montar toda una infraestructura. Que si a la pequeña ocho de leche en polvo y dos de cereales; que si a la otra dale el peluche que si no, no duerme; que si llora, pues me llamas... Un rollo. Que nos complicamos la vida de manera innecesaria. Que digo yo que nuestros padres, que tenían hijos de cuatro en cuatro, seguro que iban al cine sin necesidad de montar semejante parafernalia. Así que, nada, que toda la vida es cine, y más cine, por favor.

miércoles, 20 de septiembre de 2006

Dionisio Txoperena

Hace hoy una semana murió Dionisio Txoperena, el pastor navarro que sirvió de soporte para una campaña publicitaria de la multinacional de teléfonos móviles ATyT. Todos los que no somos de Goizueta supimos de su existencia por el aluvión de entrevistas que le dedicaron en prensa escrita, radio y televisión. Yo me quedo con un amplio y precioso reportaje que emitió ETB tiempo después de que la imagen de Dionisio (Dio, como era conocido en la diáspora vasca de California) diera la vuelta a Norteamérica. El reportaje permitió descubrir a un tipo entrañable, sencillo, un inmigrante vasco que tenía a sus espaldas una bonita historia que contar, más allá de que se hubiera hecho famoso por publicitar móviles y de que hubiese ganado dinero por el anuncio de marras. Un tipo que disfrutaba entonces de la vida junto a su mujer americana, que había cumplido su sueño de tener una segunda casa en Goizueta, de ir de feria en feria o de disfrutar en directo con las letras y la voz de Benito Lertxundi, quien le dedicó una canción en un recital. Dio era pastor, una especie que quizás estaría extinguida si no fuera por escuelas como la de Gomiztegi, en Arantzazu. Cuando presumimos de país y de verde, seguramente les debemos mucho a esos cientos de pastores, ganaderos y baserritarras que cuidan de prados y montes sin descanso semanal y sin vacaciones en el Mediterráneo. Una labor callada, poco agradecida, como la que hacía el bueno de Dio, que en un mal viaje se ha quedado sin conocer a los dos mellizos que espera su embarazada mujer.

miércoles, 13 de septiembre de 2006

Clavadas

Dice la Real Academia en su diccionario de consultas que clavada, del participio clavar, es "guarnecido o armado con clavos". En una versión libre, clavada es la factura que te deja tieso como un palo cuando te la entrega el camarero de turno después de realizar la consumición de turno. Y por estos lares, la clavada está de temporada alta todo el año. Ejemplos hay a miles. Te acercas a un compañero de la Redacción, le pides que te cuente si ha vivido este verano alguna situación en la que se le ha quedado cara de gilipollas porque le han cobrado cuatro euros por dos botellas de agua de las pequeñitas, y te suelta un rosario de timos. Las clavadas normalmente se concentran en tres lugares de ocio: bares, restaurantes y barracas de feria. Abonas un par de euros para que la chavalería brinque en las colchonetas elásticas y, para cuando te has dado la vuelta, el feriante ya ha hecho sonar el silbato y se ha acabado la función. Y qué decir de algunos hosteleros. Cuenta una compañera que hace unos días acudió a una terraza de Donostia con familiares que viven del Ebro para abajo, que diría Arzalluz. Tomaron cuatro cafelitos y los pagaron a precio de angulas. "Por el precio de los cafés, en mi pueblo comíamos un par de menús", dijo uno de los invitados. Y ésa es otra. Del Ebro para abajo pides un par de cañitas y, al menos, te sacan un poco de choricito o unas cortezas de cerdo (curioso aperitivo) para picar. Por estas tierras (y perdón por generalizar), te tienes que conformar con que el hostelero, si es amiguete, te invite a una cerveza después de que hayas tomado cinco y se esté acercando a tu cabeza el temible barquito.

miércoles, 6 de septiembre de 2006

La televisión invisible

Hasta la última temporada de Liga, servidor era un privilegiado. Podía ver el partido de los sábados (eso que llaman fútbol en abierto) en dos cadenas: La 2 y ETB 1. Son cosas que pasan cuando vives en el norte del Viejo Reino. A pesar de Sanz, puedes ver ETB sin que en tu aparato de televisión aparezca ningún fenómeno paranormal, y Teletabarra, esa pedazo de delegación de TVE en Navarra. Así que el personal podía elegir entre ver el mismo partido en La 2 o en ETB 1. Yo elegía la vasca, que dirían en la Ribera, porque uno estaba acostumbrado a ver el balompié en euskera y a escuchar a Juanan Larrañaga y su latiguillo "Uste dut"... Pues, hasta aquí hemos llegado. Ha sido aparecer La Sexta y arrasar con todo. ¿Alguien que no sea abonado de una cadena digital sintoniza esta televisión del todopoderoso Miliki? Pregunto por ahí, y no escucho más que nones. Entre La Sexta y Canal Plus nos han dejado sin furbo gratis. Bueno, dicen los de Antena 3 que este año van a retransmitir un partido semanal de la Liga de Campeones. ¡Horror! Todavía recuerdo los partidos que emitían hace unos años los lunes a las diez de la noche. No había acabado el partido y el comentarista de turno ya estaba anunciando la horripilante película que llegaba a continuación. Pero a lo que iba. La Sexta ha alcanzado un acuerdo para que retransmitan los partidos televisiones locales como Tele Sanlúcar, Radiotelevisión de Motril y TV Utrera. Y ahí llego yo. Amigo Miliki, amigos de La Sexta: tenéis que llegar a un acuerdo con Ttipi Ttapa Telebista, pionera de la TV en euskera en Navarra, para que el fútbol vea la luz al norte del Viejo Reino.