lunes, 29 de diciembre de 2008

Una de predicciones

Me llama un amigo deseoso de utilizar este espacio para demostrar a los lectores sus dotes de adivino. No es el Mago Félix de Salvados (programa de culto donde los haya), pero el chaval quiere darse a conocer y nos ofrece sus pronósticos para 2009. Nuestro singular Octavio Aceves agrupa sus vaticinos por temas. Un crack. "La Real ascenderá en Elche, Xabi Alonso será el primer guipuzcoano que gana la Premier League, y Lance Armstrong no ganará ni el Giro ni el Tour, pero tendrá su cuarto hijo (éste es fácil porque su mujer ya está embarazada)". Mi amigo sigue lanzado y ahora toca la política: "Ibarretxe ganará las elecciones aunque las pasará canutas para seguir viviendo en Ajuria Enea; Nicolas Sarkozy y Carla Bruni anunciarán un cese temporal de su convivencia matrimonial, que es como llaman los poderosos a separarse; EEUU continuará sin detener a Bin Laden (mi amigo cree que no existe) y ZP, en un alarde de buen rollo, posará en pelotas en Interviu". En los asuntos domésticos, "la Dipu seguirá debatiendo (es el deporte de moda en Gipuzkoa) sobre qué hacer en Pasaia, Elorza se hará con un kit de carpintería para demostrar que la pasarela de Mompás es posible y, en Santo Tomás, los vasos reciclables tendrán por cuarto año la inscripción Diputación Forestal de Gipuzkoa". Y remata la faena con la cultura (la economía ya sabemos que irá mal): "U2 anunciará que su gira hará parada y fonda en Donostia y el Museo Balenciaga sufrirá un derrumbe". A todo lo que yo añado que en primavera brotarán las flores, en verano lucirá el sol, en otoño se caerán las hojas y en invierno nevará.

lunes, 22 de diciembre de 2008

El ácido hialurónico

Dicen ellas que Brad Pitt tiene el cuerpo perfecto. Me da a mí que el chaval es un poco tapón, pero si ellas lo dicen no seré yo quien afirme lo contrario. Bueno, no sólo lo dicen ellas. Hace tiempo se publicó un estudio realizado entre 20.000 cirujanos plásticos de 84 países del mundo que señalaban que sus pacientes piden el abdomen de Pitt, la nariz de George Clooney, las piernas de David Beckham y el pelo de Tom Cruise. Se ve que hay gente que se mira en el espejo y no se encuentra. O que no se resigna a acabar como una pasa. Buceo por Internet y descubro que el mundo de la cirugía estética es un mar de sorpresas. Una famosa clínica de cirugía estética que se anuncia a todas horas en radio, televisión y prensa escrita ofrece estos días una oferta deslumbrante. Y no sólo porque siempre muestre a chicos y chicas estupendas. Si en diciembre contratas una sesión de bótox, te aplica gratis un relleno de ácido hialurónico. ¿De ácido qué? Definitivamente, soy un ignorante en esto de la cirugía porque descubro también que existe un método (o como se llame) denominado balón intragástrico para adelgazar. Un dispositivo de silicona que se introduce en el estómago con anestesia local y provoca una disminución de la ansiedad por comer. Y luego está el láser. Tengo un amigo que se quiere quitar la mata de pelos que adorna su espalda, pero necesitaría tantas sesiones como para pedir un préstamo. No hay problema. Las clínicas te permiten pagar en cómodos pagos. Con TAE, TIN y todo. Como una hipoteca. Todo por la salud, que para eso hoy es el día de ídem.

lunes, 15 de diciembre de 2008

De Arguiñano a Pielhoff

Dicen que cuando uno se jubila siente cierta atracción por ver obras desde la barandilla (aquí tenemos para dar y tomar. Obras, no barandillas, que también). Que te asomas a presenciar cómo se levantan pisos, carreteras y puentes, aunque te hayas pasado toda tu puñetera vida haciendo encofrados. Que te quedas hipnotizado ante tanto cemento. Servidor también se queda hipnotizado, pero cuando ve en la tele a Karlos Arguiñano. Este hombre no tiene ninguna estrella Michelin, pero la verdad es que importa un huevo. Cuando lo ves, con sus pijamas de colores, no puedes despegar la mirada, sobre todo si eres de esos que con las manos en la masa eres un desastre. Bueno, bonito, rico... y limpio. No ensucia la cocina, el tipo. Un artista. Otro que tal, y que habitualmente te deja en evidencia, es Christian Pielhoff (que me perdone si he escrito mal su nombre y su primer apellido). El de "Hola familia" y su Bricomanía. Un tío capaz de construir una piscina, una hamaca alistonada o un armario zapatero. Tiene más herramientas que toda tu comunidad de vecinos y es posible que te pida que uses un perno Walter del siete o que "espeses la remasilla con algún fluido demistolar", pero es un genio. Con la afición que tenemos a complicarnos la vida, Arguiñano y Pielhoff hacen que lo difícil sea sensillo. PD (que no tiene nada que ver con este tema): cuando se corta la A-8 en ambos sentidos por obras, está muy feo eso de cobrar el peaje. Dos horas para cubrir tres kilómetros... y mientras los responsables de la autopista haciendo caja. Bendita crisis. Amén.

martes, 9 de diciembre de 2008

Aquí huele a podrido

En menos de una semana han salido dos manzanas podridas del sobrevalorado cesto del fútbol. Dos partidos que, de momento, se encuentran en el estadio de la sospecha. La (presunta-supuesta-parece ser) compra del Málaga-Tenerife y del Athletic-Levante amenaza con dejar sin polvo las alfombras de los salones del balompié patrio. Empieza a oler a podrido y da la impresión de que, a poco que fiscales y jueces escarben, el tema va a atufar. Las primas en el fútbol son más viejas que el Antiguo Testamento. No se entiende que no se legalicen los incentivos por ganar que te ofrece otro equipo, aunque resulte extraño que te paguen por hacer bien tu trabajo cuando ya lo hace tu propio club y, en algunos de los casos con salarios que son insultantes. Es alucinante que a los bien pagados futbolistas se les done un plus por hacer lo que tienen que hacer: jugar y, si es posible, ganar. Bastaría con dar cuerpo legal a las primas por vencer para desterrar las suspicacias de cada fin de temporada. Que se pague por perder es otro cantar. No será un servidor quien dé por hecho que los partidos antes mencionados fueron amañados. Para eso están jueces y fiscales. Pero, puestos a suponer, supongamos que soy un hincha del Málaga al que el dinero le sale por las orejas, un tipo que daría su vida porque su equipo ascendiera a Primera. Supongamos que tengo buenos contactos en las islas, que a su vez tienen estrechos vínculos con el Tenerife. Supongamos que no tengo escrúpulos. Supongamos que ofrezco 300.000 euros por perder. Y supongamos que aceptan. (Hagan ahora el ejercicio de cambiar los nombres de los equipos).