viernes, 27 de julio de 2018

El bucle de Zuraide

La Real jugó su último partido en Atocha el 13 de junio de 1993. Antes de que las máquinas entraran a derribar el viejo campo para levantar bloques de pisos, el terreno de juego (o lo que quedaba tras llevarse la masa blanquiazul trozos de césped) permaneció en una especie de limbo. Se jugaron partidos de Regional y hasta de solteros contra casados. Por regla general, los estadios de fútbol no se alquilan para pachangas. Vamos, que si quieres darte el capricho y jugar unpenaltis y pases con tu cuadrilla en el nuevo estadio que se está levantando en Anoeta, va a ser que no. Vayamos al ciclismo, uno de los pocos deportes en los que puedes disfrutar (y sufrir, sufrir mucho) en el mismo escenario que los profesionales. Puedes ascender los grandes colosos de Pirineos, Alpes y Dolomitas (si hablamos del Giro) y pensar cómo demonios los ciclistas suben por sus rampas a 20 km/h si tú apenas superas los 5 o 7 km/h. O puedes recorrer la contrarreloj de mañana entre Senpere y Ezpeleta mapa en mano, porque dichoso el que encuentre el bucle de cinco kilómetros en Zuraide entre un laberinto de caminos vecinales. Luego, te echas una birra y esperas en la cuneta el paso de los ciclistas. Y no, no hay que tocar a los ciclistas como si fueran ganado. Basta con animarles. Del primero al último.

viernes, 20 de julio de 2018

Los seis millones de Karpin

En el mercadeo del fútbol de elite, pagar seis millones de euros por un jugador, no diré que es poca cosa, pero sí que es bastante común. En el verano de 1996, seis millones de euros eran 1.000 millones de pesetas. Un pastizal. El Valencia pagó esa cantidad, la cláusula de rescisión, por fichar al centrocampista de la Real Valery Karpin, que solo nueve meses antes había ampliado su contrato con el club donostiarra. El culebrón se resolvió en unas pocas semanas, pero en una de las ruedas de prensa de esos días en las instalaciones de Zubieta, Karpin, con ese rictus de tipo mosqueado que solía gastar, dirigió una pregunta a un periodista (creo recordar que de ETB), que llevaba implícita una comparación bastante desafortunada. Como el personal no entendía que Karpin dejara la Real por irse al Valencia, el jugador ruso se dirigió al plumilla de esta guisa: “Y tú, ¿no dejarías ETB por ir a Tele 5?”. La cara de póker que puso el periodista fue su mejor respuesta. Entonces, como ahora, los futbolistas también besaban el escudo de la camiseta. Hoy el del Murcia y mañana el de la Fiorentina. Los románticos del fútbol, con excepciones, se retiraron en los años 80. Karpin, por cierto, no triunfó en el Valencia sino en el Celta y colgó las botas... en la Real.

jueves, 12 de julio de 2018

Retos

32 mujeres de Orio de entre 36 y 58 años inician a primera hora de hoy un reto en el que llevan trabajando varios meses. Quieren cubrir en cuatro días la travesía entre su municipio y Bilbao, y vuelta, remando en una trainera. Más de 1.200 corredores afrontarán este fin de semana en Beasain tres carreras de montaña a cada cual más dura: la Ehunmilak, de 168 kilómetros;la Goierriko Bi Haundiak, de 88;y la maratón Marimurumendi, de 42. La vida está llena de retos, dice ese topicazo que lo mismo se aplica en el deporte que en un libro de autoayuda. En algún momento de su desafío (a todos nos ha pasado), las 32 mujeres de Orio y los cientos de participantes en la Ehunmilak se preguntarán quién les habrá llamado a meterse en semejante berenjenal con lo bien que se está tumbado en el sofá de casa. Como decía aquel, qué necesidad. Frente a las dudas que nos asaltan, está la satisfacción que experimentas cuando acabas un objetivo por el que has estado peleando durante meses, o el placer de compartir esfuerzos con compañeros a los que aprecias. Yo, mismamente, estoy embarcado en un modesto reto que comencé en enero. Ya voy por la mitad. Espero concluirlo en diciembre. Ya si eso les cuento entonces.

sábado, 7 de julio de 2018

15.400 kilómetros

El otro día circuló en las redes sociales un mapa aéreo de Europa en el que estaban marcados en rojo los carriles-bici. Holanda era un manto rojo y el centro del continente estaba salpicado de motas del mismo color. Francia, España e Italia destacaban sobre el resto de países por la escasez de manchas rojas en comparación con las de los países del centro y norte europeo. La imagen que coloca a Holanda como el paraíso para circular en bici coincide con la propuesta que ha hecho el Gobierno de este país a las empresas para que paguen a sus empleados por ir a trabajar en bici. Como contábamos hace unos días en este periódico, el Ministerio de Infraestructuras y Agua plantea abonar 0,19 euros a cada trabajador por cada kilómetro diario y reembolsarle también el precio de una bici nueva, en un momento en el que las bicis eléctricas están ganando terreno. Hagan sus cálculos. Yo he visionado mentalmente mi recorrido diario al trabajo: debo subir un alto de tercera categoría y tengo una tachuela a cinco kilómetros de la “meta”. 35 kilómetros de ida y otros 35 de vuelta. Hora y media de ida y otro tanto de vuelta calculo por lo bajini. 350 kilómetros semanales, 1.400 mensuales y 15.400 anuales (descontadas las vacaciones). Unos 2.900 euros a la buchaca al final de año y una forma física que no veas. Eso sí, que vayan preparando vestuarios y duchas en la redacción, que soy de sudar mucho.