sábado, 29 de agosto de 2020

Plante en la NBA

Con cierta frecuencia se critica a los profesionales del deporte porque no se pronuncian sobre cuestiones políticas y sociales. Es algo que no sucede, por ejemplo, en el mundo de la cultura. A los actores, actrices, artistas, cantantes y escritores se les reclama, casi como una exigencia, que se mojen. A los deportistas no, aunque, como en todo, hay excepciones y no conviene generalizar. Hay profesionales y profesionales, y luego están los jugadores de la NBA, que se han convertido en abanderados de la lucha contra el racismo. Hay quien ya compara el plante (que no boicot) de los jugadores al recordado gesto que protagonizaron Tommie Smith y John Carlos tras ganar las medalla de oro y bronce de los 200 lisos en los JJOO de México '68. Con el puño cubierto por un guante negro, alzaron el brazo mientras sonaba el himno de EEUU para reivindicar los derechos de la población negra. Sobra decir que en su propio país fueron condenados a la hoguera pública. Ni siquiera ocho años de presidencia de Barack Obama han aplacado el problema racial. Es algo más, mucho más, que un problema del color de piel. Por eso resulta alentador el plante de los jugadores de la NBA, que han dicho basta al racismo y la impunidad, y se han plantado.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Malos hábitos

La pandemia ha acabado por enterrar malas prácticas que eran comunes hasta hace nada. Somos más limpios, respetamos las colas pacientemente y acatamos las órdenes de la autoridad competente sin rechistar, terraplanistas y conspiranoicos del 5G al margen. En el ámbito escolar, por ejemplo, cada comienzo de curso los profesionales de 0-3 años advierten a los padres de que está prohibido que los niños acudan a las aulas si presentan síntomas, siquiera leves, de que sufren tos, catarro, diarrea o cualquier otra dolencia de este tipo. Es de puro sentido común que a esas edades la transmisión de enfermedades y los contagios son difíciles de evitar. Y, sin embargo, es frecuente que cometamos el pecadillo de llevar a nuestros hijos de dos o tres años al colegio o la ikastola con síntomas de sufrir una enfermedad, cuando es evidente que se deberían quedar en casa. Se supone que con la crisis desatada por el COVID-19, los profesionales ya no deberán llamar la atención a los padres que incumplen o han incumplido esta norma escrita. El riesgo es más que evidente. Y como la vuelta a las aulas se va a convertir en el asunto central de debate en dos semanas, no está de más recordar que, al menor síntoma, lo prudente, aconsejable y necesario es no correr riesgos y que el alumno no se mueva de su domicilio.

domingo, 16 de agosto de 2020

El callejero Borbón

El otro día vi una foto en la que los reyes españoles (solo quedan dos, ¿no?) paseaban junto a sus dos hijas por una calle de Petra (Mallorca). Si no fuera por la mascarilla, la imagen podía ser en blanco y negro y de hace 40 años. Anacrónica. Vecinos a ambos lados de la acera como quien asiste a un desfile y el cuarteto en formación saludando con una mano, en un gesto que esta gente lo borda. Todo lo que rodea a las familias reales, condes, marqueses y demás tropa (nobleza le llaman, pero ser noble es otra cosa), me resulta rancio a más no poder. De otros tiempos. De esas instituciones que si no existieran, tampoco las echaríamos en falta. Y lo mismo me da que sea en España, Suecia, Reino Unido o Japón. Gentes que dan más que hablar (emérito aparte) por las sandalias que llevan que por su actividad cotidiana. Gentes que inexplicablemente dan nombre a cientos de calles, avenidas, autovías, parques o puentes. Para muestra, el fugitivo. Más de 600 vías públicas del Estado tienen el dudoso honor de llamarse Juan Carlos I o similares. Gipuzkoa y otros siete territorios (el último, Álava) son la excepción. No hay ninguna. En Badajoz hay 50; en Toledo, 48; y en Murcia, 44. Todo un derroche de originalidad.

domingo, 9 de agosto de 2020

De Arantzazu a Gorramendi

Si las bicicletas son para el verano, lo de este año va para nota. Andar en bici se ha convertido en el deporte nacional. Mountain bikes, bicis de carretera y las cada vez más demandadas eléctricas se han adueñado del paisaje. Por aquello de aportar un granito de arena a una afición tan saludable, durante las próximas semanas publicaremos en las páginas de este periódico ascensiones a puertos con todos los detalles gracias a la labor de los impulsores de la web Altimetrías. Ascensiones que destacan por su belleza, su dureza, su entorno natural o porque son desconocidas para el común de los txirrindularis. Arrancamos con la subida a Gorramendi desde el paraje de Indarte Erreka, en pleno corazón del valle de Baztan. Una ascensión preciosa, en una carretera con muy poca circulación y que tiene su particular premio de la montaña en la cima: unas vistas fabulosas que abarcan desde los Pirineos a las playas de Las Landas. Basta una bici y un estado de forma aceptable para encarar los repechos de un lugar que guarda, además, mil historias. Y si uno no está en forma, también se puede subir en moto o en coche. Gorramendi es la primera etapa y Arantzazu el campo base de las salidas montañeras que también les propondremos en las próximas semanas. A disfrutar.