Es el último entrenador que conquistó un título con el primer equipo de la Real. A mediados de los 80 importó a la Liga una entonces novedosa defensa de cinco jugadores con los laterales avanzados. La Real practicaba un fútbol alegre y vistoso, con plantillas plagadas de chavales de la cantera. Luego fichó por el Madrid, ganó una Liga, batió el récord de goles en una temporada, dijo aquello del cerdo volando por el Bernabéu y patatín patatán. Hasta aquí las alabanzas. Toshack, que por si alguno todavía no lo ha captado es el personaje aludido, se ha convertido en nuestro particular abuelo Cebolleta. A todas horas nos recuerda sus gestas, los jugadores que triunfaron con él en el banquillo, sus récords y todo tipo de historias mil veces repetidas. Ahora entrena a Gales, una selección de medio pelo que parece el Brasil de los 70 a juzgar por sus comentarios. Aparte de un tipo pesadote que siempre nos cuenta las mismas batallitas, se ha convertido en el gurú de la Real. Toshack es en Anoeta lo que Clemente en San Mamés y Cruyff en el Camp Nou. Siempre hay que pedir su opinión. Ahora es asesor del club (¿cobrando?) y, a poco que triunfen sus paisanos Coleman y Vaughan, lo va a pregonar durante los dos próximos siglos. Pero basta con repasar un poquito su historial para comprobar que es un entrenador en declive (ha pasado del Madrid a fichar por el Saint-Étienne, el Catania y el Real Murcia), que no ha sabido reciclarse a tiempo y que cree que su ojo clínico para los fichajes es un pasaporte sin fecha de caducidad. Señor, líbranos de él. |
viernes, 26 de octubre de 2007
El gurú de Gales
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