Cuando lean estas líneas Ricardo Abad llevará siete, ocho, diez o quince horas corriendo a pie. El chaval se ha propuesto cubrir de un tirón los 177 kilómetros que separan el puente de Endarlaza, en la muga entre Gipuzkoa y Navarra, y Cintruénigo, ya casi en Soria. Ha salido la pasada medianoche y pretende llegar a donde los Chivite a media tarde, antes de que anochezca, a un ritmo de seis minutos el kilómetro. Hoy es San Patxi, patrón de esa pedazo de tierra de diversidades, y a este buen hombre le ha dado por celebrar el 3 de diciembre con una de esas gestas que te cansan sólo de contarlas. Aunque parezca lo contrario, Abad no es del centro de Bilbao, es de Tafalla, que casi da lo mismo, porque a cabezón no le gana nadie. Cuando se plantea una empresa no hay dios que le frene. Hace unos años le dio por tratar de llegar en bici desde Málaga a Donosti en 48 horas en pleno verano. Le esperamos en el Bule, pero se quedó en el camino, achicharrado por el sol. Y no hace mucho intentó completar corriendo los 759 kilómetros del Camino de Santiago en seis horas y seis días. A mitad de ruta tuvo que parar por una lesión. Lo de ir por la N-121 tiene su mérito. Y no lo digo porque haya que subir Belate, sino por el tropel de camiones que circulan por esta carretera. Nuestro Forrest Gump a la navarra (dicho sea con toda la simpatía del mundo) se prepara para una prueba de 24 horas que se celebrará en Barcelona. Si ya son insólitas este tipo de pruebas, qué decir de Dan Karnazes, un tipo que ha corrido 50 maratones durante 50 días seguidos en cada uno de los estados de ídem Unidos. Ya lo dijo aquel: "Hay gente pa tó".
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