lunes, 25 de junio de 2007

Los Stones no llenan, ¿y?

Anda un compañero de la redacción mosqueado, y con razón, con los organizadores del concierto de los Rolling Stones. Pagó religiosamente 73 cáncaras, que diría el amigo Felipe, por una entradita para seguir de pie que es como le gusta a estos cuatro ancianos que han pactado con el diablo vivir hasta el infinito. Hay también quien se gastó el doble de dinero y más para disfrutar con los movimientos de pelvis de Mick Jagger. Y hete aquí que un numeroso grupo de espectadores no desembolsó ni un solo eurito por acudir al concierto del año en Donostia en un agravio comparativo de aupa. Los organizadores repartieron que no sortearon graciosamente al menos 2.000 entradas. Y no de las más económicas, precisamente. Otro compañero de la redaccn anduvo listo y rápido y consiguió tres localidades, a un precio de 130 euros cada una, de la manera más sencilla: a primera hora del sábado escuchó en Radio Euskadi que repartían entradas gratis en la sede de Miramon, hizo cola durante dos horas y consiguió el codiciado premio. Unas horas después vio el espectáculo de cine, al ladito del escenario. Hay espectadores estos no son compañeros de trabajo que incluso colaron a un reventa las invitaciones que habían logrado baidefais. Lograron 40 euros por vender entradas que no les habían costado un duro. Llegados a este punto, me hago la pregunta del millón: ¿Tan importante era que se llenara Anoeta ? (No se llenó) ¿Pasa algo si los Stones no agotan el taquillaje? ¿No es de mal gusto vender entradas a 130 euros y, a pocas horas del concierto, regalar las que no has podido despachar?

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