miércoles, 25 de julio de 2007

Saioa

Siete menos cuarto de la tarde. Recibo un sms de un número que no tengo registrado en el móvil. El texto, con ese ahorro tan característico de palabras en los mensajes de los celulares, dice lo siguiente: "Saioa ya ha nacido, 3800.todobien". Primera tarea. ¿Quién es Saioa? ¿Quiénes son sus padres? ¿Qué sujeto me ha enviado esta información? Me pongo a pensar en amigos, parientes y conocidos que durante estas fechas estén embarazados y rompo aguas. No tengo ni idea. Suele haber tantos que pierdo la cuenta. Ya se sabe. El embarazo de tu mujer es más largo que las obras de la Sagrada Familia o la mili de tu padre, pero el de las mujeres de tus amigos son visto y no visto. Sigo haciendo memoria y no tengo ni idea de quién es Saioa. No es el hijo de Rafa porque me enteré de su nacimiento leyendo la página de Ecos de este periódico. Si buscan nombres para los retoños que van a llegar, se la recomiendo. El bueno de Rafa me dijo que había enviado un sms, pero nones. No llegó nada. Es lo que tienen las modernidades. Antes los padres llamaban de una cabina del hospi a casa para que la buena nueva corriera, primero por casa de los padres de ella y de él, luego por el barrio y después por el pueblo. Un acontecimiento, oiga. Ahora la cosa es un poco más fría. Consiste en mandar un sms a los más allegados, que queda un poco soso pero es muy efectivo... y fino. Acabo esta Mesa de redacción, pero antes llamo al móvil en cuestión. Asunto resuelto. Es Manolo. ¡Claro! Manolo y Mari Jose, que iban a por el tercero. Pues nada, zorionak, y a disfrutar de la criatura, que llega con 2.500 euros bajo el brazo.

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