Hay días en los que se te forma un nudo en la garganta que te impide articular palabra. Ni hablada, ni escrita, aunque te dediques a este bendito oficio de juntar letras. El sábado fue uno de esos días. Estás disfrutando del sol de este invierno que parece verano y suena el móvil. Coges el teléfono y al otro lado de la línea te golpean con tres mazazos, con tres nombres y apellidos. Tres nombres que se unen a otro cuarto que se llevó el monte sólo una semana antes. Telefoneas a un amigo, te lo confirma, y recibes más llamadas. "¿Son ellos?", te preguntan. Tragas saliva, y contestas: "Son ellos". La fatalidad, la montaña, tan caprichosa ella, se ha llevado por delante cuatro vidas en siete días. Buena gente. Cuatro desbordantes ejemplos de vitalidad. Siempre de aquí para allá, corriendo, andando o preparando algún nuevo proyecto. Ahora, allí donde estéis, podréis seguir viendo que continuaremos abriendo nuevas bidaxkas. Que participaremos con vuestra ilusión en la Subida a Lizuniaga, el cross de Agerra, la Behobia, el maratón de Donosti, la Zegama-Aizkorri, la Berako Itzulia, la Oleta-Yasola-Oleta y tantas iniciativas que acababan en torno a una mesa con un trago de vino y unas croquetas. Y, si salimos de ésta, incluso haremos la cronoescalada al monte Santa Bárbara, ese invento que sólo podía caber en gente emprendedora y sana. Y repetiremos la Media Maratón de Montaña y, ya puestos, hasta trataremos de llevar el nombre de Bortziriak, Agerra y Manttale a Francia, Italia, Andorra y Cataluña, como era vuestra ilusión. Pero nadie nos quitará la pena. Qué absurda es la vida.
* Texto publicado en la sección de Sociedad de NOTICIAS DE GIPUZKOA tras la muerte de Loro Pikabea, Xabier Zubieta y Xabier Saralegi en el monte Taillon.
* Texto publicado en la sección de Sociedad de NOTICIAS DE GIPUZKOA tras la muerte de Loro Pikabea, Xabier Zubieta y Xabier Saralegi en el monte Taillon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario