Confundido me tiene el tal Thomas Beatie. No sé si es hombre, mujer, homosexual, heterosexual, hemafrodita, transexual, lesbiana, lesbiano, metrosexual, cibersexual o un producto de laboratorio. Una pena que no se puedan acompañar las palabras de este espacio con fotografías. Porque en este caso una imagen vale más que mil palabras. Si no lo han visto, se lo describo. Thomas (antes era una guapa hawaiana llamada Tracy Lagordino) tiene cara de buen chaval, barbita y una kupela de txikitero de aúpa. Con la diferencia de que no luce barriguita por empinar el codo con Riojas, sino que el tipo está embarazau... y de seis meses. La madre que le ha parido. La foto, la verdad, impresiona. Thomas tiene 34 años y hace diez decidió que quería vozarrón y pelo en pecho, en lugar de un par de marmitas, que diría un cuñau. Así que se puso hasta arriba de testosterona, se operó los senos hasta convertirlos en planos, planísimos, y pasó a ser un hombre, reconocido legalmente en Oregón, en los USA. Thomas conservó su aparato reproductor femenino por si acaso algún día tenía que echar mano (con perdón). Y como su media naranja no podía concebir más hijos (tenía dos de un matrimonio anterior) debido a una enfermedad, el bueno, o buena, de Thomas se sometió a una inseminación artificial y cuenta los días que le quedan para alumbrar una criatura. Así que Thomas no ha hecho sino confirmar lo que muchos hombres hemos dicho siempre a nuestras mujeres: "Algún día podremos parir". Por cierto, será niña.
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