La noticia, firmada por la agencia Efe, decía lo siguiente: "Un lord dona un millón de dólares para ayudar a gente obsesionada por el sexo". Visto así, sin más, no tenía mucha miga. Si se repasaba la misma historia en un par de diarios, cambiaba un poco el enfoque. Según han contado estos días varios periódicos, el tal Irvine Laidlaw se había marcado una orgía de aúpa en Mónaco con cuatro prostitutas, un gigoló y una bisexual trilingüe. Aquí viene la primera duda. ¿Qué es una bisexual trilingüe? ¿Una bisexual que habla francés, griego y tailandés? ¿Políglota? ¿Que tiene tres lenguas? Tendremos que recurrir a Ronaldo, que sabe de bisexuales o transexuales un rabo (digo un rato) largo. El muy honorable lord ha dejado en nada la bacanal nazi de Max Mosley, el mandamás de la Federación Internacional de Automovilismo. El tipo no escatimó en gastos. Se pimpló 30.000 euros en una noche en el reputado hotel Hermitage de Mónaco. No faltó ni cocaína ni viagra, ni una dominátrix (ya me pierdo) de Nueva York. Cuentan que mister Laidlaw prepara estas citas con mimo. Primero reúne a todo el personal en una romántica cena y luego da rienda suelta a su querencia por el cuero, las fustas y todo lo demás. El lord, que pasa por ser el segundo hombre más rico de Escocia, asegura que no puede con esta adicción, comparable a la que tienen otros con las drogas y el alcohol. Así que ha decidido recluirse en una clínica de Sudáfrica para desintoxicarse de tanto fornicar y de tantas noches de desenfreno.
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