viernes, 5 de noviembre de 2010

Benedicto Superstar

El papa Benedicto XVI (antes conocido como J.R., Joseph Ratzinger) es el artista mejor pagado del mundo y tiene un caché que para sí lo quisieran los Rolling, el Boss y compañía. Lo dice Fernando Montaña, autor del ensayo Adiós a dios, manual para pensar en libertad (se pueden leer párrafos en www.adiosadios.com). Eduardo Soto, editor de la obra (que no se responsabiliza del contenido), ha intentando promocionar el libro empapelando de publicidad los autobuses municipales de Santiago de Compostela, pero le han dicho que no procede. Con la Iglesia hemos topado, amigo Soto. Y a fe que la gira de este finde de Benedicto por Santiago y Barcelona tiene algo de concierto de superstar: por las cifras que se manejan, por el boato que le rodea, por el merchandising, por el coste para las administraciones públicas y por el beneficio para las empresas privadas, sobre todo la hostelería y hotelería. El mensaje, el fondo, es lo de menos, lo que importan son las formas. Cuesta creer que esta Curia romana que hace ostentación del despilfarro pertenezca al mismo mundo religioso que el personal que trabaja desinteresadamente en Cáritas o en una misión en el quinto pino del planeta. Cuesta entender las homilías, los artículos de opinión y las cartas pastorales de la jerarquía eclesiástica (siempre tengo que leer los párrafos dos veces para descifrarlos). Y cuesta creer que esa misma jerarquía que no admite la discrepancia y ha dado muchas muestras de oscurantismo no se dé cuenta de que camina con decenios de retraso sobre el pueblo que dicen de Dios.

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