La ikastola de Hendaia celebró el pasado fin de semana su 40º aniversario con tres jornadas de actividades en el entorno del frontón Gaztelu Zahar. Uno de los actos consistió en completar los profesores, padres, alumnos, amigos y vecinos un recorrido por las calles de la localidad portando 40 simbólicas velas. Amets Arzallus (exestudiante del centro y autor de la canción del cumpleaños) dio la salida con un bertso. Al frente de la marcha estaba el alcalde, Jean-Baptiste Sallaberry, que luego leyó un discurso en euskera y francés. Acabado el protocolo, se encendieron las 40 velas en una tarta gigante confeccionada a base de corcho y, ¡oh sorpresa!, los trozos en los que se dividió el pastel de pega se transformaron en varios edificios. Fue la elegante manera que escogió la ikastola de reclamar al Ayuntamiento un edificio nuevo porque el actual no da más de sí. Ya va para cuatro años que demandaron al Consistorio la necesidad de ampliar las instalaciones, pero aún están esperando. La tarta simboliza de alguna forma la naturalidad con la que en Iparralde se manejan en asuntos como el euskera. Aquí es material inflamable. Escribía ayer José Antonio Pastor en El País que "el euskera no habría alcanzado su recuperación actual sin los socialistas". Hace años que la lingua navarrorum atraviesa una etapa delicada en Iparralde. Pastor puede contribuir también a su recuperación: solo tiene que revocar el acuerdo que adoptaron PSE, PP y UPyD en el Parlamento Vasco para suprimir las ayudas a Seaska a partir de 2012.
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