Confieso que cuando leí la noticia, lo primero que hice fue mirar el calendario. Y no, no era 28 de diciembre. "El Consejo de Administración de RTVE decide controlar los contenidos de los informativos", rezaba el titular. Si la maniobra no fuera tan burda, sonaría a broma. Por fin algunos partidos políticos (y sindicatos) se quitan la careta y ponen negro sobre blanco lo que hacen, o intentan hacer, a la chita callando, pensé. Para entendernos, el acuerdo de los miembros del Consejo de Administración aprobado el miércoles, y revocado solo unas horas después, les hubiera permitido acceder al sistema de producción de los informativos, es decir, a los ordenadores que utilizan unos 400 profesionales de RTVE para elaborar sus informaciones. Desde la escaleta de los Telediarios a las preguntas de la presentadora de 59 segundos, hubieran podido controlar (al fin y al cabo ese es su objetivo) todos los contenidos. Suena tan irracional que nos retrotrae a tiempos que creíamos olvidados. En el fondo, sin embargo, subyace la eterna ambición de los partidos por teledirigir los medios de comunicación públicos. Durante los dos próximos meses Rajoy y Rubalcaba repetirán hasta la saciedad aquello de la neutralidad, la objetividad y la autonomía e independencia de los profesionales de RTVE, pero no es más que palabrería hueca. Por lo bajini, su única ambición es gobernar la mastodóntica casa. Y, si no, no hay más que dar tiempo al tiempo. Mil colorao a que cuando el PP llegue al poder, hace una limpia de profesionales en RTVE. ¿Les suena Ana Pastor?
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