viernes, 2 de septiembre de 2011

Ricachones

Un ciudadano español, del que se desconoce su identidad, va a pagar (si no ha pagado ya) 2,5 millones de euros a Christina Aguilera por un concierto privado. Lo leí hace unos días en la contraportada de este periódico y patidifuso que me quedé. Para los que aún no se aclaren con los números grandes expresados en euros, el tipo pagará 104 millones de pesetas (625.000 euros) por cada una de las cuatro canciones que interpretará la diva estadounidense para él solito. Al margen de que el sujeto haya contratado a Aguilera o a Rita la pollera, que sobre gustos no hay nada escrito, el dinero que abonará por su caprichito resulta obsceno y viene al pelo para hincarle el diente al debate sobre si hay que aumentar los impuestos a quienes más ganan. ¿A un tipo que se gasta esta pasta gansa, que demuestra que está podrido de dinero, no se le pueden subir los impuestos? Según los datos de Hacienda, en España hay más de 70.000 contribuyentes que declaran unos ingresos de entre uno y 2,5 millones de euros. Si día tras día el Estado y las entidades financieras (que ahora suben a la chita callando las comisiones) están sangrando al ciudadano medio, ¿a qué se espera para que quienes más ganan, más aporten? En Francia los propios millonarios han pedido a Sarkozy que les suba los impuestos y, en Portugal, el Ejecutivo gravará un 2,5% más a todos los ciudadanos que perciban más de 150.000 euros al año. Digo yo que Zapatero estará esperando a que se lo ordene Frau Merkel, no vaya a ser que estropee el concierto al ricachón.

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