viernes, 16 de septiembre de 2011

Rolebis

-"BUENAS.
-Buenas.
-Usted dirá.
- Tengo un problema, doctor.
-Cuente, cuente.
- De chaval, veía todo el deporte que echaban en la tele: fútbol, baloncesto, ciclismo, billar americano, doma clásica, ajedrez, kárate, bobsleigh, saltos de esquí, campeonatos de pala corta, badminton, natación sincronizada, lucha libre...
- Pare, pare. De por sí, ver deporte por televisión no es perjudicial para la salud.
- Ya. Además, con el paso de los años me quité de casi todo. Empecé a ver menos deporte por la tele. ¿Y? Ahora veo el fútbol de los sábados, algún partido de la Champions, todo el ciclismo que puedo, algo de basket, un poquito de pelota... Pero en pequeñas dosis.
- Vale. ¿Y cuál es el problema?
- Pues que a veces no me creo lo que veo por la tele. No sé si el ciclista, el futbolista, el jinete, el nadador o el atleta van limpios. Usted me entiende. No sé si a los días o semanas me vendrán con un solomillo de Irun, un EPO, unos corticoides...
- Hala, le voy a recetar Rolebis. Tome uno antes de desayunar y otros dos antes de comer y de dormir.
- Me deja usted más tranquilo. Adiós, y gracias.
- Vaya usted con Dios".

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