viernes, 7 de octubre de 2011

Juanito

Un habitual de Twitter escribió lo siguiente tras conocerse el pasado miércoles que Juanito Oiarzabal había coronado el Manaslu: "Tras llevar al altar a la duquesa, Alfonso Díez ayudará a Juanito Oiarzabal a descender del Manaslu". Las penurias que está sufriendo el alpinista vitoriano en las bajadas de sus últimos éxitos en los ochomiles están acabando en puro pitorreo para el común de los mortales. Se diría que le cuesta más bajar que subir, lo cual, a simple vista, parece un contrasentido. Y con tantos problemas que está padeciendo en sus descensos, corre el riesgo de que quien conoce el mundo del himalayismo por lo que lee, ve o escucha, tienda a infravalorar el mérito que tiene cada una de sus ascensiones a un ochomil. Subir 26 ochomiles tienen su aquel, está al alcance de un puñado de alpinistas, por más que Oiarzabal no haya destacado, sobre todo en sus últimas expediciones, por aportar un plus de originalidad, ya sea en el estilo o en la ruta. Seguramente su mérito tiene más que ver con la determinación (llámenle cabezonería) con la que afronta el reto de ser el primer ser humano que completa dos veces el álbum de las catorce montañas más altas del planeta. Erre que erre, se ha empeñado en ser el primero, y nadie ni nada se lo va a impedir. Juanito es así. Sin embargo, parece que su proverbial aclimatación a la altura (no hay más que ver el programa El conquistador del Aconcagua para comprobar que se mueve como pez en el agua cuanto más metros asciende) se ha encontrado con un rival difícil superar: la resistencia física.



No hay comentarios:

Publicar un comentario