viernes, 13 de enero de 2012

'Pitoniso'

"Esto es como los buenos estudiantes. Si vas aprobando los parciales, al final del curso tienes premio. Esta Copa tiene muy buena pinta". La frase es mía. Se la dije a un redactor de Deportes de este periódico frente al televisor que ofrecía el Mallorca-Real, minutos después de que marcara Ifrán y minutos antes de que Eñaut Zubikarai empezara a recibir un saco de goles. Como pitoniso no tengo precio. Digo yo que fuimos muchos los que dimos por hecha la clasificación con más de una hora de partido por delante. Desde el "no nos meten cuatro goles ni jugando dos días" de Juanan Larrañaga en Euskadi Irratia (cualquiera hubiera firmado la frase) hasta el hincha más pesimista de entre los pesimistas, todos pensábamos en la próxima eliminatoria. Pocas veces en la historia reciente de la Real (más bien ingrata) se ha sentido tanta frustración en el entorno. En estos tiempos de recortes (que no ajustes) y de negras previsiones en lo económico y social, un sentimiento colectivo como el que representa la Real es de lo poco que te puede alegrar el día. Andamos faltos de buenas noticias, así que ver que a la vuelta de la esquina puedes disfrutar (más bien sufrir) de un partido que te puede acercar a un éxito, es una fuente de ilusión... que se puede ir por el desagüe en siete minutos. Había tanta ilusión depositada en el trofeo del campechano que, quizás por ello, resulta tan decepcionante la sangrante eliminación en la Copa. Lo peor, al margen de la goleada y lo que supuso, es que vuelven a aflorar las dudas sobre la solvencia de un equipo que no acaba de madurar.

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