"Los hombres siempre están preparados para el sexo. A la mujer le cuesta más arrancar pero, una vez que arranca, parece insaciable". Lo dice en una entrevista en La Vanguardia Christopher Ryan, doctor en Psicología y autor de En el principio era el sexo (editorial Paidós). No seré yo quien le lleve la contraria al tal Ryan. Más después de ver por Youtube el vídeo que protagonizan una morroska rubia y dos mingafrías (en expresión acuñada por Javier Clemente) para promocionar (¿?) el uso del euskera. La cinta llamada a engatusar al personal en el arte del nor-nori-nork es más bien propia de un montaje casero de aquel mítico programa Vídeos de primera, con perdón del gran Alfonso Arús. Es cutre, cutre, y, para que no le falte de nada, tiene su parte grotesca y sexista -"La eché un kiki y la dejé tirada como un trapo viejo", dice uno de los protagonistas en una de las escenas-. Al margen de que la chica es carne de portada del Interviú -hay por aquí quien sugiere que pose con una ikurriña en plan heroína tomando la Bastilla-, vuelve a poner de actualidad esa teoría no escrita ni puesta en práctica de que por estas tierras nos va más el coito político que el sexual. O sea, ese mito que tan bien representó Vaya semanita en decenas de sketches y que este vídeo ha echado por tierra de forma chabacana. Porque, ya puestos, los autores del montaje se podían haber esmerado aportando una pizca de humor a su creación. Parafraseando a Iban Zaldua, ¡ay si Leizaola viviría!
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