viernes, 16 de noviembre de 2012

Correr es un placer

Podía haber sido una moda pasajera, pero, afortunadamente, sigue siendo una más que visible realidad. Hablamos de correr. Practicar footing, jooging o running se ha convertido en una de las aficiones preferidas del populacho. No es el deporte más completo (para eso están la natación o el remo), pero seguramente sí es uno de lo más reconfortantes. Y también uno de los más baratos. Unas zapatillas, un pantalón corto y una camiseta son toda la equipación que se necesita. Si se gasta dinero, mejor hacerlo en unas buenas zapatillas. Correr es económico (salvo que uno se apunte todos los fines de semana a las carreras populares que abundan en el calendario) y no requiere una gran dedicación. Al común de los corredores le puede bastar con 40 minutos de ejercicio, una vez vencida la pereza inicial, sobre todo en invierno. Correr ha dejado de ser una afición aburrida (si es que alguna vez lo fue) con la aparición de los smartphones, Mp4 y demás cachivaches, y es también una forma de quitarse complejos de encima. Incluso hay quien mantiene que se trata de una actividad desestresante, que permite ampliar el círculo social de amistades y que aporta beneficios menos tangibles que los físicos. A saber, hay quien sostiene que corriendo se le han ocurrido sus mejores ideas y proyectos que luego traslada a su quehacer laboral.
PD: ¿Qué polideportivo de un municipio guipuzcoano cobra 4,5 euros solo por ducharse? Y digo bien solo por ducharse, porque el precio no incluye el derecho de uso de otras instalaciones que no sean los vestuarios.

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