pasito a pasito se hace
camino. La presencia el pasado lunes de representantes de todos los
partidos políticos en el acto en recuerdo de todas las víctimas que se
celebró en Donostia cabe interpretarlo como un avance más en la
necesaria reconciliación después de tantas noches de cristales rotos.
Pocas veces, por no decir nunca, se ve a todas las formaciones unidas
por un mismo objetivo. El desacuerdo ha sido la pauta común durante
décadas, así que bienvenidas sean imágenes como la de Alderdi Eder. De
la foto del pasado lunes deberían tomar buena nota los sindicatos, al
menos como un gesto de sensibilidad. Y es que resulta poco edificante
que a día de hoy los sindicatos se manifiesten por separado cada vez que
se registra un accidente laboral mortal. Cuando hay una muerte en el
tajo, los medios de comunicación recibimos las correspondientes
convocatorias de las centrales, que llaman a concentrarse en protesta
por el siniestro. Siempre lo hacen por separado. Una veces convoca ELA y
se suma LAB, o viceversa, y otras lo hace CCOO y se incorpora UGT, por
citar a los sindicatos mayoritarios. Nunca coinciden los cuatro en el
día y ni qué decir que tampoco en la hora. Hasta las pancartas son
diferentes. Es comprensible que los sindicatos discrepen en asuntos como
el marco de relaciones laborales, las condiciones de los convenios o,
en estos tiempos duros, en la negociación de un ERE. Pero no hay matices
que valgan para explicar por qué no se unen para manifestarse por la
muerte de un trabajador. Sería su mejor homenaje a ese compañero.
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