"SON
bastante más tenaces que los chicos. Bastante más sensibles para
contarte las cosas. Hay mucha menos vanidad que con los chicos (...).
Los chicos tenemos que demostrar que somos mejores que los demás
muchísimas veces. Y nos han educado encima para eso. En las chicas yo no
he observado eso. Las chicas son más naturales a la hora de hacer las
cosas. Son capaces de desprenderse de su individualidad buscando un
objetivo más común. ¿Por qué? Porque no buscan nada más allá que el
simple juego. Reunirse. Una especie de acontecimiento social. Juntarse
para divertirse. Eso es lo que buscan". La reflexión, resumida (es algo
más extensa), es del entrenador de fútbol Mikel Jauregi y forma parte del reportaje Aldapa zelaituz (Igualando el terreno), del periodista Naxari Altuna, que ETB ofreció hace unos días. Jauregi, que fue ayudante de Unai Emery
en el Valencia, sabe de lo que habla: ha trabajando muchísimos años en
el fútbol femenino. Seguramente sus palabras sobre el fútbol femenino
son aplicables al deporte femenino en general que, en Gipuzkoa, en la
elite y en equipo, vive días de vino y rosas. El Bera Bera, que mañana
volverá a hacer historia; el Añorga de fútbol, que aspira a ascender a
la máxima categoría; el hockey sobre hierba de la Real, que se juega el
título este fin de semana; el UPV que lucha en los despachos por
oficializar el ascenso que logró en la cancha o el Atlético San
Sebastián de atletismo son el mejor ejemplo de que desde el casi
anonimato, con toneladas de esfuerzo e ilusión, se puede llegar a la
cúspide. Va por ellas.
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