partamos de la premisa de
que el Gobierno foral de Bildu no diseñó el plan de carreteras de
Gipuzkoa, lo que pomposamente se ha denominado la rotonda de Gipuzkoa.
Partamos también de la base de que el Gobierno foral de Bildu asegura
que se ha encontrado una factura de 900 millones de euros para pagar las
obras ejecutadas y en ejecución. Una cifra que rebajan los anteriores
rectores del palacio de la plaza de Gipuzkoa. En cuestión de números, la
deuda que se encuentra quien entra en una institución siempre es mayor
que la que asegura el que se va. Cada uno aplica la contabilidad como
más le conviene. Para ser una rotonda, un poquito cara sí que nos ha
salido. Hechas estas acotaciones, Bildu ha decidido que todos los
conductores (salvo los guipuzcoanos) pasen por el aro. Mejor no tirar de
hemeroteca, pero igual hemos pasado del Peajerik ez al peaje
para todos y todas. El caso es que me asaltan unas cuantas dudas: ¿El
TAV no vertebra el país pero cobrar a los conductores allende las mugas
de Etxegarate, Deskarga y Endarlatsa sí? ¿El de Maule que va a
sanfermines por la A-15, es vasco de segunda? ¿Pagarán menos los
vehículos de Bretaña, Bolivia, Córcega y Venezuela? ¿Se cobrará también
por circular por la N-I de Irun a Donostia, o solo de Donostia a
Etxegarate? ¿Llamará Bildu a la Ertzaintza para que multe a los que se
pasen el arco por el arco de triunfo? ¿Pagará igual el que conduce un
Ferrari y gana 400.000 euros que el que va en un Forfi y está en paro? Repagamos por aparcar, por circular y por los medicamentos. ¿Repagaremos por respirar?
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