hace ya muchos años, en una de las habituales ruedas de prensa en las instalaciones de la Real en Zubieta, compareció Valery Karpin.
No recuerdo bien si eran las últimas jornadas de la Liga de turno o el
inicio de la clásica pretemporada. El ruso de origen estonio (así se le
denominaba) tenía sobre la mesa una suculenta oferta para fichar por el
Valencia. Supongo que le mejoraban sustancialmente su sueldo (los
salarios de los jugadores de la Real suelen ser secreto de Estado), así
que suspiraba por cambiar los aires del Cantábrico por los del
Mediterráneo y aspirar a cotas más altas. En aquella rueda de prensa,
tras una pregunta de un compañero (creo recordar que de ETB), el jugador respondió con otra pregunta, que vino a ser algo así como la siguiente: "¿Y tú, no dejarías ETB si Tele 5
te quisiera fichar?" Lógicamente, el periodista contestó que no. El
bueno de Karpin, que a veces mostraba su lado más cascarrabias, acabó
fichando por el Valencia y la Real ingresó la cláusula íntegra de su
traspaso: seis millones de euros (1.000 millones de pesetas de las de
entonces), una cantidad considerable entonces (y ahora). Curiosamente,
Karpin terminó triunfando en el Celta y acabó su carrera deportiva... en
la Real. Y usted, ¿cambiaría de empresa si un propietario podrido de
dinero (y de deudas) le ofrece una ficha que cuadruplica su sueldo? Si
trabaja en una empresa convencional, seguramente no tendrá dudas. Si se
trata de un club de fútbol, tiene detrás a una ingente masa social que
le pide que no se marche. Complicada decisión. Suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario