martes, 23 de julio de 2013

Turistas (y II)

No hay que ser un fino observador de la realidad para darse cuenta de que cada vez llegan más turistas extranjeros a Donostia. No haría falta recurrir a las últimas estadísticas, aunque, todo sea dicho, el Instituto Vasco de Estadística, Eustat, confirmó ayer con números lo que cualquier hijo de vecino puede comprobar si se da una vuelta por el centro de la capital. A los franceses de la Gironde y Las Landas (matrículas de coche 33 y 40, respectivamente, para más señas), que venían, vienen y seguirán viniendo a Donostia, se han sumado una legión de británicos, alemanes, belgas, holandeses, italianos... y japoneses. Bueno, los italianos siempre vienen, más en agosto que en julio, porque les va la marcha en sus dos acepciones (en los ya olvidados incidentes de la Semana Grande, siempre habían algún detenido de nacionalidad italiana). Digo yo que algo tendrá que ver la crisis en este incremento del turismo que procede allende los Pirineos. Porque no creo que hayan llegado atraídos por el sol y el calor, aunque en los últimos quince días esta ciudad se parezca más a Alicante que al veranito propiamente vasco: un día de sol y dos de lluvia. Llevamos un año sin término medio. O llueve, o hace sol. Se echa ya de menos esa incertidumbre de no saber cómo va a ser la semana. El caso es que hay más visitantes extranjeros que, como apunta un compañero, vienen con la pasta que no pueden gastar los estatales, atrapados hasta el cuello por una crisis que sabemos cuándo empezó pero no cuándo acabará, si es que acaba. De momento, que siga luciendo el sol, que es gratis.

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