Ahora que tanto
priman el individualismo y la ostentación, reconforta saber que ahí
fuera hay ciudadanos que aportan su mano de obra por amor al arte.
Gentes llevadas por el altruismo que dedican parte de su tiempo libre al
beneficio público sin recibir otra recompensa que el reconocimiento de
sus vecinos. Desconozco cómo se denomina esta labor en otras latitudes;
aquí lo llamamos auzolan y sigue tan vigente como antaño. Desde tiempo
inmemorial se han construido o reformado frontones, sociedades, iglesias
y todos aquellos lugares comunes que compartimos unos y otros. Mañana se reestrena
el puente San Miguel, que salva el río Bidasoa entre Bera y el barrio
de Alkaiaga de Lesaka. Un variopinto grupo de vecinos de Bera (la
mayoría de ellos ya jubilados) inició en abril de 2012 las tareas de
remodelación de este emblemático enclave de Bortziriak. Electricistas,
médicos, arquitectos, montadores de muebles, bancarias, camioneros y
profesores, entre otros, unieron sus manos y su esfuerzo para adecentar
el puente, escenario hace ahora 200 años de una cruenta batalla entre
las tropas francesas e inglesas en los estertores de la Guerra de la
Independencia. Durante 16 meses, cada lunes y jueves se han reunido para
limpiar la maleza, reponer las piedras, cambiar el suelo o instalar una
iluminación hasta ahora inexistente. Mañana y pasado recuerdan con un
programa cargado de actos el Bicentenario de aquella batalla y, sobre
todo, las penurias que sufrió la población de Bor-tziriak. No está de
más agradecérselo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario