una competición sin sorpresas, sin pronósticos que se rompen y sin emoción es como un pan sin sal.
Sosete. Sin sustancia. Las Ligas de fútbol y baloncesto se han
convertido en los últimos años en torneos de cartón-piedra por obra y
gracia del Madrid y el Barça. O gana uno, o gana el otro. Bipartidismo
en estado puro. Un tostonazo para mayor gloria de sus jugadores y sus
seguidores, que se amplifica desde los medios de ambas capitales hasta
límites nauseabundos. "La final que todo el mundo quería ver", dicen. La
final que ellos querían ver. El 19 de abril se celebrará el enésimo
partido del siglo, otro Barça-Madrid. Y si no es la final de Copa, es la elección del Balón de Oro,
otra tabarra insufrible que te la encuentras hasta en la sopa. Que un
equipo como el Liverpool le meta cuatro txitxarros en 20 minutos al
Arsenal no tiene traslación posible en la Liga española. Los dos grandes
se reparten el maná del dinero de las televisiones y hacen de la Liga y
la Copa su cortijo. Desde 2001 Barça y Madrid se han repartido todas
las Ligas salvo dos (2002 y 2004 del Valencia), y en los tres últimos
años uno u otro ha ganado la Copa. En el baloncesto, ídem de ídem. Barça
y Madrid han ganado cinco de las siete últimas Ligas (aquí la excepción
fue el TAU en 208 y 2010). Como decían los clásicos, emoción a
raudales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario