viernes, 4 de abril de 2014

Causa común

parafraseando esa manida sentencia que dice que la política es demasiado importante como para dejársela a los políticos, Donostia 2016 es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos. El desbarajuste que vive el proyecto de capitalidad europea de la cultura no se explica sin el papel que han jugado las cuatro grandes familias políticas que tienen voz y mando en este país. Antes o ahora, mayores o menores, todos han tenido responsabilidades en una iniciativa que, pese a los esfuerzos del equipo de trabajo de la Fundación, sigue sin ser entendida por buena parte de la ciudadanía. De puertas afuera, al margen del festival Olatu Talka de cada primavera, se diría que del antiguo edificio de Bomberos solo trascienden los incendios. Están tan acostumbrados los partidos a disponer de su cuota correspondiente en la institución o proyecto que sea, que no lo disimulan. Hoy coloco a mi persona de confianza en tal puesto, mañana doy largas a la concesión de una partida presupuestaria para Donostia 2016 porque me sale de los bemoles y pasado mañana monto una rueda de prensa para denunciar que no me gusta el programa artístico. Las injerencias políticas son uno de los males (hay más) que han contaminado un proyecto en el que todos deberían hacer causa común.

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