miércoles, 16 de abril de 2014

El 'selfie kiki'

Es el último gemido en las redes sociales: hacer el amor (queda cursi pero no puedo describirlo de otra forma porque este texto se lee en horario infantil), y colgar luego una fotografía del revolcón en Twitter o en Instagram. La soplapollez humana no tiene límites. Nos habíamos acostumbrado a que amigos, familiares, conocidos y desconocidos nos hicieran saber en tiempo real el plato que comen, el entrenamiento que acaban de terminar, el partido que están viendo, los lugares que visitan, la ropa que compran, los hijos tan guapos que tienen, la playa más cool, el garito más in y la moda más off. Pero lo de contar vía selfie (un autorretrato, vamos) el pedazo de kiki que acabas de echar con tu pareja de turno, es lo más de lo más (tontuno). Tiene hasta etiqueta (#aftersex) y viene a ser el cigarrillo poscoital de toda la vida pero aplicado al siglo XXI, o sea, que tiene que haber un smartphone de por medio para retratar la hazaña. En las imágenes se ve a parejas, sobre todo heterosexuales, que se muestran entre satisfechas, cansadas y dormidas. Lo que no sabemos es si la cosa acaba siempre bien o hay gatillazos. Y menos sabemos aún si la moda ha llegado a estas tierras, donde, asegura la leyenda urbana, es un milagro llevar a un ligue a la cama. Con cámara y sin cámara.

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