La Real jugará
el sábado en Vigo el partido número 47 de la temporada si se
contabilizan la Liga, la Copa y la Champions League. Lleva ya siete más
que el año pasado y acabará con la nada despreciable cifra de 53
partidos. A pesar de que lleva ya un buen tute, seguramente más mental
que físico, se escuchan voces críticas hacia la labor de Jagoba
Arrasate, primerizo en la tarea de dirigir una plantilla de Primera. Y,
si uno mira la clasificación, es como para abrir los ojos como platos.
La Real se clasificó para la Champions, es sexta y con serias opciones
de volver a jugar en Europa la próxima temporada, y alcanzó las
semifinales de Copa. Está muy cerca de jugar una competición continental
por segundo año seguido, un hito que no logra desde hace 25 años. Y,
sin embargo y a pesar de toda la ristra de datos positivos, se escuchan
más críticas que loas. A veces es casi mejor no asomarse a las redes
sociales porque se observa una valencianización de parte de la
hinchada. Nada es ya suficiente. Hemos pasado de sufrir a a ser
insaciables. Dos apuntes. 1) Seguramente, todo sería de color rosa si el
vecino no ocupara la cuarta plaza que da el billete para la previa de
la Champions. 2) En Valencia se acuerdan hoy de Unai Emery. Cuando
situaba al equipo tercero (tres años consecutivas) le zumbaban los oídos
todos los días.
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