viernes, 13 de junio de 2014

Profesores con plus

Desde parvulitos (hoy Educación Infantil) hasta acabar la carrera universitaria, son ingentes las horas que dedicamos a la educación y la formación. Si cada curso tiene un mínimo de 175 días lectivos y estudiamos durante 18 años, nos vamos a 3.150 jornadas y más de 22.000 horas, sin contar los recreos, los deberes, las horas en la cafetería o las largas tardes tumbados a la bartola. O sea, que salvo que estudiemos Medicina, superados los veintipocos años hemos metido ya unas cuantas horas en las aulas. Acabada la carrera, que no la formación, descubres que en tres meses de trabajo aprendes más que en un año en la universidad. La escuela de la vida le llaman. Lo que no sabíamos era la influencia que pueden tener los profesores en nuestras vidas. Un buen profesor te alegra la vida y uno malo te la arruina. No lo digo yo. Lo dice el economista Raj Chetty, que explicaba hace unos días en La Vanguardia que "él éxito en la vida depende en gran parte de si tuviste buenos profesores. Un solo profesor de valor añadido aumenta tus ingresos durante tu vida en 36.000 euros". Según su teoría, corroborada con miles de estadísticas, una promoción de alumnos con un profesor de "valor añadido" gana más dinero y está menos expuesta a embarazos adolescentes o a la delincuencia juvenil. Y usted, ¿tuvo buenos profesores?

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