viernes, 7 de noviembre de 2014

Un detalle productivo

hace tiempo que no voy a una boda, así que desconozco si, llegados los postres, se mantiene el ritual de que los novios obsequien a ellos con un habano y a ellas con un detallito. Supongo que la ley del tabaco acabó con los puros. Lo de entregar un detallito se ve que perdura. Ahí va una muestra del trabajo de campo que he hecho tras preguntar a compañeros y amigos qué recuerdos (mucha veces cursis y horteras) han recibido en bodorrios. A saber: una cucharilla, una rosa, un perfume en un envase pequeño, varios motivos de porcelana, una calculadora, una minicajita de bombones, un pañuelico rojo con los escudos de los pueblos de él y de ella bordados, un kit antirresaca, pétalos de flor con olor, ramilletes de flores, una bolsita con caramelos, un marca páginas hecho a mano, almendras blancas, un kit de pinceles con espejo, un abanico y, por supuesto, cigarrillos. Ana Lamarca e Iván Montoya, una pareja de novios de Navarra, han hecho algo menos frecuente. Querían convertir el obsequio en un gesto solidario. Así que invirtieron el dinero previsto para el detalle en comprar 260 kilos de comida que donaron al Banco de Alimentos. Lo grabaron todo en vídeo y lo explicaron en unas tarjetas que entregaron a los invitados. Un detalle de lo más productivo.

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