viernes, 12 de diciembre de 2014

Antonio López

Antonio López es el rey de la parsimonia en el planeta de las prisas. La calma en estado puro. Antonio López es el novio que baja a por tabaco y aparece varios años después. Antonio López es el tren de Renfe que sabías cuándo salía pero nunca cuándo llegaba. Antonio López es el fontanero que te abre un boquete en el trastero para arreglar una cañería y luego desaparece durante meses porque le falta una pieza. Antonio López es alguien que nunca deja nada a medio acabar, aunque luego tarde tres siglos en completar la faena. Antonio López es la cámara superlenta de las retransmisiones de Canal Plus. El caracol en el reino de las gacelas. Antonio López es el tipo de persona a la que encargas un trabajo y que siempre te contesta: “Mañana o, como muy tarde, pasado mañana, te lo acabo”. Me imagino a Antonio López hace 20 años, delante del lienzo en blanco de 3,40 por 3 metros, con los pinceles en una mano y la foto en la otra. “Menudo marronazo”, debió pensar. Y se lo tomó con calma. Con muuuuucha caaaaaaalma. Con ritmo caribeño. En realidad, todos queremos ser algún día Antonio López. Que nos encarguen una tarea y nos digan: “Tómatelo con calma, sin prisa”. Que ya dijo Carlos Gardel que 20 años no es nada.


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