Un abultadísimo resultado
en un partido de baloncesto entre dos institutos ha provocado una fuerte
controversia en EEUU. El equipo femenino de San Bernardino Arroyo
Valley ganó al Bloomington High School por 161-2, lo que desembocó luego
en un sanción de dos partidos al técnico del club vencedor por no
respetar los valores del deporte escolar. Pero no hace falta cruzar el
charco para comprobar que todos los fines de semana se registran
marcadores que hacen un flaco favor a la competición. Basta repasar las
dos últimas jornadas en varias categorías de Gipuzkoa para observar (los
nombres de los equipos son lo de menos) que en baloncesto hubo sendos
8-78, 82-11, 81-28 y 94-22, o que en fútbol se dieron un 0-23, un 15-0 y
un 17-0. Cuando más se desciende en la división, mayor es la
diferencia. Un tanteador de este calibre entiendo que no provoca un
trauma infantil (seguramente a los veintitantos años lo recuerdas con
unas risas), pero dice muy poco de los valores que debe transmitir el
deporte. Hay que saber perder pero, sobre todo, hay que saber ganar. No
hay peor equipo que aquel que machaca despiadadamente a un rival. No hay
peor entrenador que el que no respeta al contrario y no hay peores
padres que aquellos que alientan goleadas de este tipo desde la grada.
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