los expertos en Educación
suelen asegurar que es poco aconsejable la fórmula que utilizan algunos
padres de prometer a su hijo un premio a final de curso si aprueba todas
las asignaturas. Ya saben, aquello de, si no dejas tarea para el verano
(léase cates), te compraremos una bici, la Play o la Wii. El
examen al que se sometió el martes la delegación de Donostia 2016 en
Bruselas recuerda a este tipo de palos y zanahorias. Y no lo digo
porque, siguiendo con los paralelismos, la oficina de la capitalidad se
asemeje a los malos estudiantes que lo dejan todo para el final y van
renqueando durante el curso. Es tal el follón político y mediático que
hay en torno a Donostia 2016, que seguramente lo más potable es el
trabajo que se hace en el corazón del proyecto. El comité europeo que
evalúa el trabajo de Donostia 2016 premia con una bolsa de 1,5 millones
de euros a la ciudad si supera la prueba del martes. Como a los
escolares, este grupo de notables nombrados por la Comisión Europea te
promete una lluvia de euros si eres un alumno aplicado. Y se toma su
tiempo, no crean. La nota de la reválida no se conocerá antes de septiembre. Hasta la fecha, todas las capitales de la cultura han aprobado, ergo han recibido el galardón y los millones. Estoy de los nervios por saber si Donostia lo conseguirá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario