Francis, Frank, J. Underwood es el político más despiadado y maquiavélico de la ficción televisiva. Protagoniza House of cards,
una serie que retrata las cloacas del poder en EEUU y la ambición sin
límites en el Congreso y en la Casa Blanca. Un tipo sin escrúpulos,
capaz de matar a su madre por conseguir su propósito, o lo que es lo
mismo, más poder. Intrigas, engaños, manipulaciones, negociaciones y
corrupción salpican cada entrega. Es difícil no resistirse a realizar un
paralelismo entre el desalmado protagonista de House of Cards y
los políticos de nuestro terruño. Urkullu sería nuestro Underwood
vasco, pero es que ambos se parecen como un huevo a una castaña. Urkullu
es el polo opuesto: sereno y extremadamente prudente, aunque en las
últimas fechas haya mostrado su lado más desconocido al encararse ante
grupos de manifestantes. Ni en la ficción ni en la realidad hallaremos
un Underwood local, aunque a veces comprobemos con sorpresa que en la
política vasca hay fontaneros que aplican las estrategias que se cocinan
en las altas esferas de EEUU. Como esa que dice que anuncies una
noticia de envergadura (pongamos una presunta irregularidad) un viernes
por la tarde, con medio país a la bartola. Recuerden el caso Cabieces, que salió a la luz a eso de las 19.00 horas del 30 de enero. Fíjate qué casualidad, era viernes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario