para quienes hacen de las salidas al monte su plan habitual de los fines de semana, la exposición Mendia
que se muestra hasta el 18 de mayo en el museo San Telmo, impulsada por
el Club Vasco de Camping, es una excursión obligada. Para quienes no
están familiarizados con la materia, será seguramente un descubrimiento.
Para todos, un recorrido sencillo, atractivo y muy didáctico para
entender por qué el montañismo está tan enraizado en esta tierra. El
montañismo vasco es hazañas, tragedias, religión, espíritu de
superación, sonrisas, lágrimas, retos, política y, sobre todo, cultura. A
través de textos, imágenes, cartelería, cuadernos de notas, material de
escalada y montaña, y numerosos objetos (por ejemplo, el rosario que
Martin Zabaleta recogió en la cima del Everest en 1980 después de que un
año antes lo hubiera depositado el polaco Wielicki por encargo del papa
Juan Pablo II) la muestra traza un viaje cronológico por la historia de
montañismo vasco. La “biografía sentimental”, como la denomina Antxon
Iturriza, un referente indispensable para conocer el legado que nos
dejaron los Espinosa, Bandrés, Sopeña, Iriondo, De la Sota, Peña...
Basta un dato para explicar la pasión con la que vivimos el montañismo:
entre las federaciones vasca y navarra suman 42.000 licencias.
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