miércoles, 15 de abril de 2015

“¡Qué necesidad, chico!”

la frase es de Ane Gabarain, Maritxu en la serie Allí abajo, pero podría salir de la boca de cualquier amatxo que supere los 60 tacos. Le cuentas que vas a hacer una caminata de seis horas por el monte y te suelta con un poso de pesadez un “¡Qué necesidad, chico!” para el que no tienes preparada una respuesta. Y donde dices una caminata, pon una carrera en el encierro de sanfermines, subir en bici al Tourmalet o cualquier iniciativa, casi siempre deportiva, que entrañe un puntito de riesgo. ¿Qué necesidad hay de hacerlo?, viene a decir. ¿Para qué semejante esfuerzo? Allí abajo está plagado de los tópicos que triunfaron en Ocho apellidos vascos y aporta nuevos lugares comunes llevados al extremo. Retratos de la vida cotidiana como el de Iñaki (Jon Plazaola) el protagonista, que llega a la cafetería del hospital sevillano en el que está ingresada amatxo (sin artículo, aquí hablamos sin artículos) y lo primero que hace al entrar es recoger unos vasos de una mesa y llevarlos a la barra del bar. Costumbre sana donde las haya que algunos también practicamos lejos de la ficción de la caja tonta. Si reír es una buena terapia para olvidarnos de los problemas del día a día, Terol, Gabilondo y compañía nos arrancan varias carcajadas en poco más de una hora de televisión.

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