cuando, enrolado como
becario en una redacción, te enfrentas por primera vez a un texto, uno
de tus mayores quebraderos de cabeza es dar con el titular preciso.
Aquello de resumir la noticia en pocas palabras para que el lector la
entienda a primera vista. Complicada labor, más si el sujeto de la
noticia es una persona y tiene un apellido extenso en sílabas y
consonantes. No te digo nada si te ubican en la sección de Cultura y un
día te encargan una información sobre un artista de nombre Manu y de
apellido Muniategiandikoetxea. Como bien saben los redactores de
Cultura, no hay titular sobre el pintor de Bergara que quepa a una
columna. Necesitas dos como mínimo para articular un titular en
condiciones. En Deportes no se suelen andar con chiquitas. Craioveanu es
Gica, Iñigo Martínez es Iñigo, Cristiano Ronaldo es CR7 (horror de
nombre), y Joaquim Rodríguez es Purito. En las páginas de
Deportes se pueden permitir licencias que los libros de estilo no
admiten en otras secciones. Así que locos nos tienen los Olano, Xabier y
Markel, uno de Bildu y el otro del PNV, porque cada vez que hay que
poner un titular, se añade el nombre de pila de cada uno. Será cuestión
de llamarlos como a los árbitros, con dos apellidos: Olano Jauregi y
Olano Arrese. El problema es que no caben los dos en el titular.
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