sábado, 23 de enero de 2016

De prebendas y privilegios

la última cruzada de la derecha navarra más cerril pasa por salvaguardar contra viento y marea el convenio que desde 2008 permite a los trabajadores (y sus familiares) de la Universidad de Navarra y de la Clínica Universitaria de Navarra (CUN) recibir atención sanitaria en este último centro con cargo al erario público. Por ponerlo en cifras, solo el año pasado, el Departamento de Salud abonó 5,2 millones de euros a la CUN para que atendiera a los 7.200 empleados de ambas instituciones. Número arriba, número abajo, multipliquen la cifra por los años en los que ha estado vigente el acuerdo y da como resultado una cifra considerable. Sobra decir que durante todo este tiempo UPN ha estado al frente del Gobierno navarro y que tanto la clínica como la universidad, popularmente conocidas como “las del Opus”, han sido dos de sus niñas bonitas. No hay que ser muy vivo para comprobar que semejante prebenda constituía un privilegio para esos 7.200 trabajadores que disponían de sanidad privada cuando, según el Ejecutivo de Uxue Barkos, podían ser asistidos por los centros de Osasunbidea sin necesidad de sangrar a las arcas públicas. Ambas partes han reconocido, además, que el convenio no tiene base legal. Nada más que añadir, señoría.

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