ocurrió en marzo de 2010.
Las cámaras de seguridad del Carrefour de Dammaries-les-Lys (Francia)
captaron la imagen de cinco hombres entrando en el supermercado con un
carro de compra y la Policía identificó a los cinco individuos como
miembros de ETA. Televisiones y medios digitales tardaron segundos en
difundir las imágenes urbi et orbi en una semana convulsa, que
se había iniciado con el asesinato del policía francés Jean-Serge Nerín a
manos de ETA. Nadie puso en duda que se trataba de miembros de ETA...
hasta que los cinco del Carrefour, alertados por sus familiares
(estaban en búsqueda y captura), se personaron en una Gendarmería para
aclarar que eran cinco bomberos catalanes que estaban de vacaciones en
Francia. Salvando las distancias, la detención de Fayçal Cheffou
recuerda a aquel episodio, aunque en ese caso la divulgación de la
imagen de este periodista como presunto cerebro de los atentados de
Bruselas se ha divulgado por todo el planeta. Pasó de ser un asesino
camuflado bajo un sombrero a salir libre de comisaría y sin cargos. Y
como sucede siempre en estos casos, a ver quién resarce tu imagen
después de que durante 48 horas seguidas medios de todo el mundo hayan
mostrado tu rostro como el del peor de los sanguinarios. La pena del telediario es una broma en comparación.
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