viernes, 24 de junio de 2016

Huele a podrido

entre la amplia fauna de personajes de Twitter que escriben frases con cierto ingenio, ironía fina o sentido común, suele destacar casi siempre Gerardo Tecé. El otro día, al poco de conocerse el Fernándezgate, escribió lo siguiente: “Grabación muestra cómo el ministro de Interior de Nicolás Maduro conspiró para fabricar escándalos contra opositores”. Ayer la frase andaba por los 2.200 retuits. Pocas metáforas tan acertadas para describir a un ministro que se diría que ha sido forjado en la misma cantera de la prepotencia de la que salieron Fraga, Martín-Villa, Corcuera, Barrionuevo, Mayor Oreja y Acebes. Políticos del PP o del PSOE, tanto monta, monta tanto, que usaban los aparatos del Estado sin escrúpulo alguno. Fernández Díez, tan dado a condecorar a vírgenes y a deslenguados como el tal Marhuenda, pertenece a esa escuela de cargos públicos que se maneja como pez en el agua en los bajos fondos del Estado. Es de ese tipo de personas que miente más que habla. Ni dimitirá, faltaría más, ni tampoco renunciará a encabezar la lista del PP por Barcelona. No descarten que el partido le organice un acto de desagravio y que, si Rajoy sigue en la Moncloa, repita en el puesto. Huele a podrido.

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