viernes, 23 de septiembre de 2016

1,5 metros

Una veintena larga de salidas en bici durante este verano es una experiencia suficiente para comprobar que, en la jungla del asfalto, ciclistas, cicloturistas y globeros son un estorbo para un buen número de conductores. Si circulas por una carretera con un tráfico denso, sientes el peligro en el cogote. La norma que obliga a coches y camiones a dejar 1,5 metros de distancia al adelantar a un ciclista no es que se incumpla, es que un número considerable de conductores ni siquiera se molesta en poner el intermitente. A juzgar por quienes usan el claxon con profusión, hay también quien desconoce que la circulación de ciclistas en paralelo o en grupo no es que sea legal (avalada por la Ley de Tráfico), es que es una medida de seguridad para el aficionado a la bici porque obliga al conductor a realizar la maniobra de adelantamiento comme il faut. Cierto es que también hay ciclistas que se saltan las reglas a la torera. Pero, por regla general, la bici es siempre la parte débil. Hombre no muerde a perro. No es habitual que un ciclista provoque un accidente de coche pero, a la inversa y desgraciadamente, todos los meses hay siniestros provocados por conductores con ciclistas como víctimas. Un poco de respeto y prudencia sería suficiente para que conductores y ciclistas convivamos en el mismo medio, si no en armonía, sí al menos sin poner vidas en riesgo.

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