viernes, 9 de septiembre de 2016

Intimidades políticas

Hace ya tiempo, Josu Jon Imaz, entonces jefe del PNV, aseguró en una entrevista que su pasión oculta era planchar: “Me plancho siempre los pantalones los domingos por la noche viendo la CNN, practicando mi inglés”. No es habitual que los políticos confiesen sus intimidades. Urkullu, Otegi, Mendia y Zabala lo hicieron el lunes en ETB-2 en la primera parte de La otra cara de l@s polític@s (el PP, anclado en el pasado, se descolgó del reportaje por la presencia de Otegi). El caso es que descubrimos a un Urkullu que también se relaja con las tareas del hogar, en este caso fregando platos, y que podría trabajar de panadero si perdiera la Lehendakaritza. Un Urkullu que necesitó una Celestina para su primera cita con su mujer. Supimos que a Otegi también le gusta fregar, que es de lágrima fácil, que se casó por poderes y que en su primera cita le pidió una foto a quien hoy es su mujer. Mendia, experta en hacer croquetas, relató cómo conoció a su marido en una Casa del Pueblo, confesó que sufre escoliosis y que tuvo un segundo embarazo complicado que le llevó a la UCI. Y Zabala, la única que enseñó su casa (“Vaya pedazo de casa”, en palabras de Julian Iantzi), confesó que fue muy buena estudiante, que cuida con mimo su huerta y que se le da bien correr. Para ganar un voto, a veces un retrato cercano vale más que mil discursos.

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