¿Está harto de los chistes malos de su cuñado? ¿No soporta a su jefe?
¿No quiere ver a su suegra ni en pintura? ¿Críos para qué os quiero?
¿Necesita paz y tranquilidad durante una buena temporada? ¿O quizás para
el resto de su vida? ¿Ha pensado en huir y dejarlo todo para disfrutar
de nuevas experiencias? ¿Tiene pasta o algún buen contacto en una
oficina bancaria que le preste una suma considerable de dinero? ¿Desea
hacer borrón y cuenta nueva? La solución está en el suplemento salmón
del azote de Sánchez (o sea, El País), en la sección de Inmobiliaria y
Diseño. Más en concreto, en una oferta que se publicó el pasado domingo:
se vende una isla deshabitada de Escocia por el módico precio de
290.000 euros. Una ganga, oiga. La oferta tiene algún inconveniente como
la falta de suministro de electricidad y agua, pero nada que un
Robinson como usted no pueda apañar con dos piedras y un palo. Son un
total de 26 hectáreas (unos 26 campos de fútbol, metro arriba, metro
abajo), unas dimensiones de sobra para vivir lejos del mundanal ruido. Y
ya que desea estar solo, sepa que no tendrá vecinos (solo quince de las
más de 100 islas del archipiélago están habitadas), pero abríguese
porque en este apartado retiro hace un frío que pela. Solo nos resta por
conocer qué tres cosas se llevaría.
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